Nochevieja atípica y sin multitudes

La de anoche volvió a ser una Nochevieja atípica en Aragón. Tras las ultimas restricciones aprobadas esta última semana y un repunte de los contagios, los restaurantes sirvieron la cena del 31de diciembre, pero a menos clientes de los previstos inicialmente. El ambiente de los locales de fiesta distó mucho de los cotillones prepandemia y a las 02:00 horas todos tenían la obligación de echar el cierre.

A diferencia de la de la anterior Nochevieja, los restaurantes aragoneses este año han podido preparar cenas de cotillón, pero hacerlo ha sido más complicado con el aumento de restricciones y el repunte de contagios. 

"Ha habido muchas anulaciones. Hemos tenido que cambiar muchas veces de mesas y ha sido caótico, pero bueno, lo hemos llevado de la mejor manera posible", comentaba anoche la camarera del restaurante Bocachica de la capital aragonesa. 

Todo para que los clientes recibieran a lo grande el nuevo año. Finalmente, se pudieron tomar las uvas. "Hemos dado negativo y hemos podido venir todos", celebraba poco después de las campanadas una comensal. 

Aun con las campanadas suspendidas, en la capital aragonesa hubo quien acudió a la Plaza del Pilar para crear su momento especial o para sortear un toque de queda. "Hemos venido aquí por culpa del toque de queda en Cataluña", señalaba un joven que se había acercado hasta Zaragoza con sus amigos para disfrutar de la última noche de 2021.

La fiesta continuó en los locales de noche. Brindis entre amigos en una Nochevieja, desde luego, nada multitudinaria, en la que a las 02:00 horas los locales tenían que bajar la persiana. "Cierra todo así que toca irse a casa", lamentaba un joven a las puertas de un conocido local de copas de Zaragoza. 

Una noche sin ninguna incidencia. Total tranquilidad para los servicios de seguridad y emergencias de la Comunidad. De esa forma, tocaba a su fin la primera madrugada festiva del año con la situación poco clara y no sólo por la niebla.