Nervios, risas, lloros y abrazos en el inicio de curso de la vuelta a la normalidad

Nervios, risas, abrazos y hasta lloros. El alboroto ha vuelto a las puertas de los colegios e institutos esta mañana. El silencio de las aulas en verano se ha visto roto por las preguntas, las dudas, las explicaciones y las historias que ha dejado atrás el verano. Más de 157.500 alumnos de Infantil, Primaria y Secundaria han comenzado este jueves en Aragón el curso de la vuelta a la normalidad. Y el presidente de la Comunidad, Javier Lambán, ha dado el pistoletazo de salida al último curso escolar de esta legislatura desde el CEIP Cervantes, en Ejea de los Caballeros, que este año conmemora el 75 aniversario de su fundación.

Lambán ha recordado con nostalgia los tiempos en los que él también fue alumno de este centro y ha destacado el “formidable” cambio de la Educación y la Escuela Pública tras los esfuerzos de varias generaciones: "Han merecido la pena”. Lambán ha estado acompañado por el consejero de Educación, Cultura y Deporte, Felipe Faci, y la alcaldesa de Ejea, Teresa Ladrero, además de miembros del Departamento de Educación y del CEIP Cervantes. Todos ellos han agradecido el esfuerzo realizado por los docentes y equipos directivos de los colegios durante la pandemia, recordando la tensión sufrida tanto por el sistema sanitario como el educativo, lo que, a su juicio, ha reforzado aún más su solvencia. "Los servicios públicos se han visto sometidos a un estrés para el que no estaban preparados, nadie lo estaba, sobre todo el ámbito sanitario y el educativo lo han sufrido de manera particular", ha asegurado el presidente aragonés.

Tras mostrar su satisfacción por la vuelta a la normalidad, el presidente ha subrayado la apuesta del Ejecutivo autonómico desde 2015 por la creación de marcos de igualdad, de forma que se atienden las necesidades para crear nuevas infraestructuras educativas en zonas de Zaragoza, como se hace un esfuerzo por fijar población en municipios más pequeños abriendo escuelas que estaban cerradas como Botorrita y El Frago y apostando por la escuela rural. El modelo bilingüe. la innovación y la conciliación son otros elementos que se van fijando progresivamente en los centros públicos.

De Ejea a Botorrita, uno de los colegios que reabre este curso

"La verdad es que los niños tenían muchas ganas y los papás, también", contaba una madre con su hija en brazos a las puertas del CEIP Cervantes de Ejea. Esta aseguraba que no había sido difícil la vuelta porque ya llevaban unas semanas explicándole que había que volver a la rutina. Otros pequeños aseguraban, mientras aguardaban en la fila para subir a sus clases, que tenían ganas de "trabajar" y ver tanto a los profesores como a sus amigos. 

En Botorrita, uno de los colegios que ha reabierto tras dos cursos cerrado, uno de los alumnos, Manuel, contaba a las cámaras de Aragón TV con mucha vergüenza que lo que más le gusta del cole es pintar y recordaba los nombres de otros de los niños con los que va a compartir aula, como Víctor o Sofía. "Es una ilusión tener el colegio aquí tan cerca de casa. Víctor está contentísimo", contaba su madre. Para Silvia Gil, maestra de esta escuela unitaria, era un día muy emocionante: "La verdad es que es algo muy emocionante y muy inusual en el mundo rural porque estamos acostumbrados a que los colegios cierren. Para nada me esperaba que fuera a abrir un cole y me tocara a mí". Sobre el funcionamiento del colegio, Gil explicaba que primero se tendrán que conocer y destacaba: "En las escuelas unitarias -con una única clase para todas las edades- se crean unos vínculos muy fuertes y que son muy necesarios para que este tipo de colegios funcione. Vamos a ir adaptando las cosas para unos y para otros".