En primera persona: "Murió uno de nosotros, llegamos 70 personas a Tenerife"

Cada año, miles de personas se juegan la vida en el mar huyendo de su país o en un intento por buscar una "vida mejor" en Europa. El 2021 ha sido el año más trágico desde que realizan registros de datos. Según la ONG Caminando Fronteras, 4.404 personas murieron tratando de llegar a España en embarcaciones procedentes de varios puntos de África. De ello ha sido testigo Aliou Diouf, entrevistado este viernes en el programa Buenos Días, de Aragón Televisión.

"Murió uno de nosotros, llegamos 70 personas a Tenerife, lo pasamos allí difícil y cuando salimos llegamos aquí a Zaragoza sin familia, sin nada", así ha explicado la realidad vivida por Diouf, conocido como Wally y originario de Senegal, durante el viaje que realizó en patera el año 2006.

La travesía comenzó a endurecerse cuando se acabó la comida y bebida de la que disponían. "Sufrimos mucho dentro de barco muy pequeño", recuerda, porque "te vuelves loco y tienes miedo". Al aproximarse a la costa canaria fueron rescatados por Cruz Roja y tuvo que ser atendido porque tras varios días sin dormir su pierna "falló", indica. 

Como muchos inmigrantes, tener un trabajo y una vida más confortable le incitó entrar en Europa. La primera vez que lo intentó fue en el año 2002, pero no lo consiguió, ya que el "visado era muy caro", ha indicado. Años después y animado por un amigo, Wally decidió "entrar en el mar".

Por su parte,  la abogada experta en extranjería Laura Sorribes, señala que en muchas ocasiones "dejan toda la familia y trabajos que incluso les van bien, por una vida mejor, que a veces no lo es". "Les cuentan lo bonito, pero no lo difícil que supone conseguir un contrato, algunos piensan que nada más llegar ya tienen uno", asegura. 

Proceso de integración

Valencia fue la primera ciudad a la que fue destinado Aliou Diouf. Su instalación en la capital aragonesa fue posible porque conocía a un amigo de su hermano. En diciembre de 2006 comenzaba a trabajar en el campo en el barrio rural Movera y tuvieron que pasar alrededor de cuatro años para que su vida se estabilizara al conseguir un contrato y papeles.

Para la abogada este proceso es "demasiado" largo. "Hasta que no acreditas la permanencia de tres años no puedes acceder a la regularización por arraigo, y, además, debes tener un contrato de trabajo para poder conseguir el permiso", explica. En este sentido, señala que "debe aceptarse esta realidad y el derecho al movimiento, porque esto va a continuar. Es importante hablar con empresarios y con la sociedad". 

En la actualidad Wally vive con su mujer que llegó también desde Senegal hace dos años, tiene un bebé y dice estar muy "agradecido", además de sentirse "muy maño".