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Más libertad y creatividad: las bodas civiles ‘no oficiales’ están de moda

En 2021, el 80% de las bodas en Aragón fueron civiles. Y cada vez más parejas congregan más tarde a familia y amigos para celebrar el enlace con una fiesta dirigida por un maestro de ceremonias

RAQUEL PLOU /
David Aso oficiando una boda. / David Aso.
icono foto David Aso oficiando una boda. / David Aso.

Dar el “sí, quiero” es uno de esos momentos que se quedan grabados en la memoria para toda la vida. Hay quienes todavía se decantan por el método tradicional y escogen pasar por el altar. Sin embargo, en los últimos años ha aumentado el número de personas que prefieren que los case un juez, alcalde o concejal y celebrar, después, un enlace 'no oficial' con sus amigos y familiares

Es el caso de Beatriz Hernández y David A. García, quienes, tras 15 años de noviazgo y dos hijos, tenían claro que querían casarse por lo civil, pero a lo grande, rodeados de los suyos y de una forma divertida. “Habíamos estado en bodas en las que te casa un concejal, firmas y te vas. Nos parecía muy frío. Sin embargo, habíamos ido a alguna celebración ‘no oficial’ y nos gustó mucho, así que contratamos a un oficiante, que lo hace todo más personal”, comenta Beatriz. 

Así, se casaron un viernes en el ayuntamiento y el sábado hicieron un festejo con 150 invitados. Para ello, contaron con David Aso, maestro de ceremonias desde hace nueve años. “Me transmitió mucha confianza desde el primer momento. Resumió y plasmó genial toda la información que le contamos. Primero, pasó lista para ver si estaban todos los invitados, luego contó nuestra historia y cómo la habíamos vivido cada uno por separado, también hicimos el ritual del vino y hubo sorpresas. La gente dijo que fue impresionante. Fue un día indescriptible, especial y emotivo”, recuerda la novia.

Boda de Beatriz Hernández y David A. García. / José Manuel Taboada.

Las ceremonias civiles ganan terreno a la unión por la Iglesia 

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, en el año 2021, en Aragón hubo 775 matrimonios religiosos, frente a los 3.459 civiles, es decir, los enlaces por la iglesia no llegaron al 20%, mientras que los civiles ya superaron el 80%. 

David Aso notó un incremento significativo en los enlaces civiles en 2018 y, a día de hoy, asegura, la tendencia sigue al alza. Por lo que, la figura del maestro de ceremonias también está cobrando mayor relevancia. De hecho, este último año ha oficiado más de 50 nupcias. Considera que estos actos están ganando terreno por “la libertad que te permiten” en las lecturas, las anécdotas que cuentan los familiares y amigos, la música, los rituales (el de las arras, el del vino, el de las cintas de colores, el de las arenas...) o las sorpresas, a diferencia de la Iglesia: "Allí todo es más serio y casi no cuentas con margen de maniobra”. Por ejemplo, recuerda con cariño una boda en la que los niños que llevaban los anillos a los novios iban disfrazados: él de guardia de seguridad de la Casa Blanca y ella iba subida en un coche teledirigido por su padre.  

Para Aso también es clave el hecho de no tener que mover a los invitados de un sitio a otro porque, generalmente, los restaurantes o fincas donde se realiza la celebración son el mismo lugar en el que se desarrollan después el banquete y el baile. 

Luis Cebrián realizando juegos en una boda. / Silvia Peña.

Otro veterano en oficiar la unión de diferentes parejas es Luis Cebrián, presentador, cómico, músico y 'showman', que aporta un toque especial a los enlaces con humor, canciones y juegos, en los que hace partícipes a los invitados. "En los últimos tiempos la gente tiene ganas de celebrar su boda de otra manera, de hacer algo diferente”, asegura. Él siempre trabaja con un guion base, que va adaptando en función de los gustos y necesidades de cada pareja. Incluso ha llegado a hacer festejos en varios idiomas.

La mayoría de los novios, jóvenes que ya convivían antes de darse el “sí, quiero” 

Según los maestros de ceremonias, los que se atreven con esta novedosa forma de casarse suelen ser personas que responden a un perfil joven, de entre 27 y 35 años, y que, normalmente, ya viven juntos. Tampoco es raro encontrar casos de segundas nupcias que eligen este formato. Además, son personas que suelen buscar fincas o lugares al aire libre y prefieren casarse en primavera o verano, aunque, dicen, ahora está aumentando el número de enlaces en invierno, que no encuentran hueco en otras fechas del año por el retraso que todavía se arrastra de la pandemia. 

Al organizar un evento de estas características hay que ser muy previsor, según explican los expertos. Conviene contratar a alguien para oficiar el acto con una antelación de entre un año y seis meses. Además, los oficiantes destacan la importancia de estar coordinados con la finca o restaurante donde se celebre la boda, con el DJ, los técnicos de sonido y los camareros. “Siempre puede quedar hueco para alguna sorpresa, aunque a los novios, por lo general, les gusta tener todo controlado. Mis enlaces duran entre 30 y 40 minutos. Trato siempre de que no se vaya de madre, porque ese día va todo muy cronometrado. Si empiezas tarde el cóctel, la comida también irá con retraso y la barra libre. Además, como hagas algo largo, la gente desconecta”, explica David Aso.

Poder trabajar de maestro de ceremonias es, para ambos oficiantes, un privilegio. “Es una cosa muy bonita. Es muy gratificante y te emocionas con las parejas”, apunta Cebrián. “Poder estar ahí con ellos es lo mejor. Soy muy romántico, estoy casado, tengo hijas, y eso hace que lo sienta, lo viva. Yo trabajo para que la gente disfrute del formato, vean la boda y digan 'me ha encantado. He reído y he llorado'”, concluye Aso.