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EN ARAGÓN

Los incendios forestales calcinaron este verano casi 20.000 hectáreas, la cifra más alta en 28 años

Solo el fuego que arrasó más de 29.000 hectáreas en Villarluengo en 1994 supera la superficie arrasada este año, que suma 466 siniestros

ARAGÓN NOTICIAS /
Foto del incendio de Añón de Moncayo del 13 de agosto./ Fabián Simón
icono foto Foto del incendio de Añón de Moncayo del 13 de agosto./ Fabián Simón

El de 2022 ha sido un verano marcado por la sequía, las olas de calor y los incendios forestales. Desde enero y hasta el 18 de septiembre, últimos datos disponibles, se han producido 466 siniestros de este tipo en Aragón, que han afectado a una superficie forestal de 20.140 hectáreas, que se corresponden, casi en su totalidad, al verano. Entre junio y agosto, se han calcinado 19.866 hectáreas, como refleja en los últimos datos publicados por el Instituto Aragonés de Estadística, el Iaest.

A falta de tres meses hasta que acabe el año, se trata de la cifra más alta desde 1994, cuando se calcinaron algo más de 31.500 hectáreas de terreno, en buena parte debido al devastador incendio de Villarluengo, en el Maestrazgo turolense. Allí, el fuego calcinó más de 29.000 hectáreas. En estos nueve primeros meses ya se ha arrasado casi la mitad del total quemado desde 2011, unas 42.100 hectáreas en 12 años. 

Del total de siniestros de 2022, han sido conatos 334, es decir aquellos sucesos con una superficie inferior a una hectárea. De los otros 132 incendios propiamente dichos, 63 se han producido en la provincia de Zaragoza, 42 en la de Huesca y 27 en la de Teruel.  En cuanto a terreno afectado, el más grande fue el de Ateca (Zaragozacon 10.347 ha, que se inició el 18 de julio y se debió a un accidente. Le sigue el de Añón de Moncayo, también en la provincia de Zaragoza, que se originó el sábado 13 de agosto con una superficie afectada de 8.250 hectáreas, y que también se produjo debido a un accidente.

Sin contar los conatos, en lo que va de años han sido 2.690 los incendios forestales registrados en España, que han afectado a 253.990 hectáreas, la segunda mayor superficie desde que existen datos (1990). El peor año a nivel nacional fue también 1994, cuando 8.300 incendios afectaron a 437.635 hectáreas de terreno. Ese fue un año excepcional, ya que en otras ocasiones se han producido un mayor número de siniestros, pero el terreno quemado ha sido mucho menor. Por ejemplo, en 1995 se registró el mayor número de incendios, 10.238, pero la superficie quemada fue de 101.087 hectáreas. Y en 2016, con algo más de 2.400 incendios, las hectáreas afectadas fueron poco más de 68.100. 

Negligencias, la causa principal

Por otro lado, el 31,14% de los incendios declarados este año en Aragón se han debido a negligencias, mientras que el 21% han sido intencionados, el 16,96% se han producido por causas naturales y el 16,7% han sido originados por accidentes. Así lo dice del avance estadístico de 2022 de la Dirección General de Medio Natural y Gestión Forestal del Ejecutivo autonómico, que recoge datos hasta el pasado 14 de agosto. Sobre la causa de los mismos apunta, además, que en el 12,15% de los incendios forestales de este año era desconocida y el 2,03% fueron debidos a reproducciones.

Restauración forestal

Y tras un gran incendio, la prioridad es recuperar cuanto antes la superficie afectada, pero la prevención, indican desde el Gobierno de Aragón, resulta esencial. "Se ha incrementado la inversión de los trabajos que se hacen en invierno. Este año ha sido de 34 millones de euros. Estamos trabajando durante 11 meses y esperemos que, cuanto antes, sean los 12 meses del año", indica el director general de Gestión Forestal del Gobierno de Aragón, Diego Bayona.

En Castejón de Tornos, Teruel, donde este verano se calcinaron unas 1.800 hectáreas, el fuego fue tan rápido que hay zonas que siguen verdes. Por eso, se trabaja en recuperar el monte cuanto antes de la forma más natural posible salvando los árboles, protegiendo el suelo y retirando la madera quemada. El Gobierno de Aragón sacará lotes para que las empresas interesadas opten a llevarse la madera quemada de los montes para su aprovechamiento.

"Vamos a estar trabajando lo que queda de 2022 y ya se están organizando los trabajos del próximo año. Vamos a hacer tratamientos selvícolas en las masas forestales para favorecer la regeneración y trabajos para disminuir la erosión. Luego es cuestión de tiempo, dejar que el monte evolucione y en función de eso ver si hace falta hacer más trabajos", añade Bayona.