Malestar en el valle del Aragón por el anuncio del cierre de Candanchú el 3 de abril

La dirección de la estación de esquí de Candanchú ha informado, a través de un comunicado, del cierre de la temporada invernal. El próximo domingo 3 de abril será el último día en el que los esquiadores puedan disfrutar de la nieve en la estación, hasta el próximo invierno. Una noticia que ha cogido por sorpresa a los vecinos y empresarios del valle del Aragón, que se muestran indignados ante la premura en el cierre y la falta de previsión y comunicación de la empresa gestora. 

"Simplemente velamos por la viabilidad de la estación en el futuro, no solo de esta temporada", señala el director de Astún, Álvaro Luna, quien explica que la decisión se fundamenta en motivos económicos. "Desde la segunda quincena de marzo, se ha reducido un 50% los esquiadores y a eso hay que sumar el incremento en los costes del combustible y la electricidad, que han aumentado en un 160%", indica. 

Con las cuentas en la mano, el director de la estación señala que es inviable mantener las instalaciones abiertas: "Si seguimos abiertos en abril, entraríamos en pérdidas y eso no podemos hacerlo", lamenta. 

Los empresarios de la zona que dependen de la actividad de Candanchú y Astún para la viabilidad de sus negocios se muestran indignados ante la noticia. "Cada comienzo y final de temporada es una penitencia de cara a saber qué pasará con la próxima", comenta Luis Terrén, presidente de la Asociación turística Valle del Aragón. 

"Las estaciones son los dos motores económicos del valle"

Terrén lamenta que la decisión de la estación llegue a través de un comunicado y subraya que las decisiones que se toman en Candanchú y en Astún afectan a todo el valle. "Son los dos motores económicos de la zona. En el momento en que falle un motor, el valle se resiente, también la economía y su imagen", subraya. 

Con la vista puesta en el futuro, el presidente de la asociación turística teme que imprevistos como este hagan que los esquiadores cambien su destino de cara al próximo invierno. "Estaba siendo una buena temporada. Los clientes estaban muy contentos, se había hecho un gran trabajo y se habían mejorado ciertas cosas, pero ahora el turista está descontento con esta situación y buscará nuevas opciones", augura. 

Además, Terrén explica que las consecuencias del cierre adelantado son especialmente palpables en los negocios cercanos a la estación. "Los apartamentos que tenían reservas, las escuelas de esquí que tenían grupos para Semana Santa... todo eso ya no existe", concluye. 

Una circunstancia que también esgrime Alvaro Salesa, presidente de la Mancomunidad del Alto Valle del Aragón. Para él, el cierre de la temporada a dos semanas del final oficial -después de Semana Santa- es una decisión que podría haberse dejado como última opción. "Lo normal es que desde mediados de marzo baje el número de esquiadores, pero se puede solucionar cerrando la estación de lunes a jueves y manteniendo activos los fines de semana", apunta. 

Con todo, los alcaldes que forman parte de la Mancomunidad se reunirán este miércoles para analizar la decisión.