Los vecinos de Caspe se quedan sin agua de boca por su grado de turbidez

Los vecinos de Caspe recibieron durante la mañana del miércoles una notificación de su Ayuntamiento en la que se les avisaba de que el agua de grifo superaba los niveles de turbidez recomendados para el uso humano. El grado de partículas en suspensión detectado en los últimos análisis no la hacen apta para su consumo, ni para beber ni para cocinar. Ante este imprevisto, la mayoría de los vecinos han optado por comprar agua mineral embotellada. El consistorio local está estudiando varias medidas para hacer frente a un problema que afecta a los más de diez mil habitantes de este municipio zaragozano.

El concejal de Urbanismo de Caspe, Gaby Luena, aseguraba este jueves durante una entrevista en el programa Buenos Días Aragón, que la turbidez "se percibe nada más abrir el grifo". Una situación que está provocando la resignación y las quejas por parte de los vecinos, aunque no es posible conseguir una solución inmediata: "El problema perdurará unos días. La empresa concesionaria de la potabilizadora y Sanidad están trabajando en ella para que pueda reestablecerse lo más rápido posible". Como vía alternativa, el Ayuntamiento está "llenando una balsa de remanente con agua que luego se decantará". Un proceso que se demorará al menos un par de días.

Las estanterías de los supermercados y tiendas de alimentación encargadas de soportar garrafas y botellines de agua mineral amanecían este jueves prácticamente vacías. Mientras la mayoría de personas hacen cola para alguna de las ya escasas existencias, otros vecinos de Caspe expresaban este jueves su sorpresa al enterarse del problema ya que en sus viviendas utilizan habitualmente depósitos particulares. 

La turbidez es un indicador de calidad que se corresponde con las partículas en suspensión  presentes en el agua, generalmente arcillas, que confieren un aspecto organoléptico rechazable para el consumidor. Este es el comunicado que emitía ayer el Ayuntamiento de Caspe: "Aviso importante. La empresa AQUALIA comunica que, según la normativa sanitaria, el agua de la red de distribución de Caspe no es potable a causa de la elevada turbidez provocada por las últimas lluvias. Se advierte a los usuarios que no es apta para bebida, comida y elaboración de alimentos hasta nuevo aviso".