Los productores de pistacho plantean la venta directa para evitar intermediarios

El pistacho es un cultivo que va cobrando mayor protagonismo en Aragón, desde que comenzó a plantarse en 2010. Y si hace cinco años había en la Comunidad 168 hectáreas de pistacheros, hoy son más de 1.000, ya que se presume que es una producción de alta rentabilidad. Son, en su mayoría, plantaciones jóvenes, por lo que se prevé que su producción vaya creciendo en los próximos años.

Uno de esos agricultores que confió en el buen rendimiento de este cultivo es Alejandro Bribián, que hace cinco años cambió el viñedo por árboles injertados de la variedad kerman en su campo de Cariñena. Calcula que en esta finca de secano recogerá medio kilo de fruto por árbol y que tendrá que esperar otros tres años para tener una plena producción. Pero también advierte: "Se ha vendido que es el 'oro verde', que lo plantabas y te hacías millonario, pero al final es un producto agrícola y, como todo producto agrícola, dependes de intermediarios". 

Y este es el principal problema al que se enfrentan estos productores, porque en Aragón tan sólo hay una planta que hace el primer procesado del fruto, ubicada en Andorra. En el resto del país, son las grandes empresas de comercialización quienes fijan los precios, y están obteniendo ganancias que duplican o triplican las de los agricultores. Por ello, a través de la asociación Apistar, estudian la posibilidad de crear una comercializadora.  "Estamos planteando a corto plazo la venta directa. A día de hoy tenemos poca producción y se podría hacer. Y a largo plazo, podríamos montar una comercializadora para saltarnos esos pasos y que el beneficio repercuta en el agricultor", comenta Ángel Morlanes, presidente de la organización. 

El sector avanza así hacia la profesionalización. Este año, los productores aragoneses llegarán a producir unos 10.000 kilos de pistacho, pero según sus datos, podrían alcanzar los 250.000 dentro de cinco años. Su camino no ha hecho más que empezar.