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TENDENCIAS

Los locales de bronceado viven su verano 'dorado'

Los rayos UVA o los aerógrafos de color son algunas de las opciones para subir un par de tonos el bronceado. Algunos centros especializados han incrementado su facturación en casi un 50% respecto al año pasado

MAR BURGUEÑO /
Imagen de archivo de una cabina de rayos UVA.
icono foto Imagen de archivo de una cabina de rayos UVA.

Cremas autobronceadoras, espráis con color, maquillaje, rayos UVA... Hay mil maneras de conseguir un tono -o varios más- de bronceado incluso sin tener que tumbarse en una toalla en la playa. Cambiar el color blanquecino que presenta nuestro cuerpo en pleno invierno por uno más bronceado mueve mucho dinero en productos de belleza, cosméticos, maquillajes, locales de rayos UVA o especializados en aerógrafos. Tanto es así que algunos establecimientos de la Comunidad han aumentado su facturación en casi un 50% en el último año. 

Es el caso de Solmanía, una franquicia nacional que cuenta con dos establecimientos de rayos UVA en la capital aragonesa, uno en pleno centro y otro en el Actur. Su gerente, Sergio Zariquiey, se muestra "muy contento" ante esta temporada en la que ha conseguido aumentar un 43% su clientela. "El incremento ha sido muy potente. Estamos notando que se reactiva el tema del bronceado y que muchos han venido por primera vez este año", explica. 

Cierre de la competencia y facturas de la luz disparadas

Uno de los cambios que han percibido en estos establecimientos es que ha aumentado la clientela masculina y que, parte de la razón por la que han experimentado este auge se debe al cierre de otros muchos centros ubicados en los alrededores. "Ha cerrado mucha competencia y somos conscientes de eso. Al final, mantener abierto un local así con tantos costes de luz, porque nuestras máquinas funcionan todas con electricidad, es muy costoso", apunta Zariquiey. De hecho, señala que su factura energética se ha cuadruplicado si se compara con la del año anterior. 

En el centro de estética y belleza integral Oh!, ubicado en Teruel, también celebran que, poco a poco, van regresando las cifras anteriores a la llegada del virus. "Estamos recuperando la afluencia que teníamos en los años anteriores a la pandemia. Estos dos últimos nos había ido muy mal, y este ya hemos notado un cambio importante", explica Diego Torres, el dueño y gerente del espacio.  

Recuperan la clientela que perdieron con la pandemia

Los meses de mayor facturación para los solárium y centros de bronceado son mayo y junio. Dos meses "fuertes" en los que es difícil encontrar un hueco en las agendas, pero que dan paso a un progresivo descenso de clientes. "Poco a poco va cayendo, la gente empieza a tomar el sol en la piscina o en la playa, cogen vacaciones y dejan de venir", señala Torres. 

Para Pilar Zamora, responsable del centro estético Aqua, en Huesca, el "mes estrella" es mayo. Zamora reconoce que las mujeres siguen ocupando el mayor porcentaje de clientela para utilizar sus cabinas de rayos UVA, pero el público masculino también forma parte de sus agendas. Sus perspectivas para esta temporada también son buenas, y lo achaca en parte a la celebración de bodas, comuniones, bautizos y otros eventos, que con la pandemia quedaron totalmente cancelados. "Fue un desastre total. Ahora sí que parece que la gente tiene más ganas, están más emocionados y tienen más eventos", indica. 

Por otro lado, para aquellos que no quieran someterse a radiación ultravioleta para broncearse, hay otras opciones, como los aerógrafos o espráis a color. "Hay tres colores y está hecho con caña de azúcar. Se rocía en el cuerpo como si lo pintásemos, con una especie de pistola. El producto es en formato bruma y se deposita en la piel. Según tu piel, puedes elegir el tono que mejor te va", explican desde Chic Estilistas, uno de los centros zaragozanos especializados en bronceado con aerógrafo. Su duración es más limitada, ya que su efecto es visible a lo largo de una semana y tarda alrededor de siete horas en subir el tono. Es una opción más recomendada para broncearse para eventos concretos, por su duración, aunque cuentan con clientela fiel que acude religiosamente de forma semanal.