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FIESTAS

Los alojamientos de Tarazona y toda la comarca cuelgan el cartel de completo por el Cipotegato

El famoso arlequín, que este año encarna una turiasonense de 32 años, volverá a recorrer las calles del municipio bajo una lluvia de tomates. Además, hay una gran agenda de actos programados hasta el 1 de septiembre

RAQUEL PLOU /
El Cipotegato, en la procesión, pasando por delante de la catedral de Tarazona. / Ayuntamiento de Tarazona
icono foto El Cipotegato, en la procesión, pasando por delante de la catedral de Tarazona. / Ayuntamiento de Tarazona

Tarazona ha recuperado este sábado su tradicional fiesta del Cipotegato tras la suspensión del festejo los dos años anteriores como consecuencia de la pandemia. Las celebraciones durarán hasta el 1 de septiembre y se espera que más de 7.000 personas pasen por allí estos días. Tantas son las ganas de repetir la experiencia –o vivirla por primera vez– que los establecimientos hoteleros y de restauración tanto del municipio como de la comarca están al 100% de ocupación. Además, se trata de una fiesta que fue declarada de interés regional en 1998 y de interés nacional en 2009, algo que desde el Consistorio ponen en valor: "Nos ha abierto una puerta no solo en Aragón ,sino también nacional e internacionalmente”. 

Una turiasonense de 32 años, Andrea Domínguez, cuya identidad se ha desvelado después de terminar el recorrido, se ha metido en el papel del famoso arlequín encapuchado. A las 12:00 ha salido del Ayuntamiento para realizar un recorrido por la ciudad mientras se enfrenta a la lluvia de tomates de la multitud. Ha sido el acto que ha inaugurado las fiestas y al que le van a seguir una gran variedad de actividades para todos los gustos. 

Hoteles y restaurantes al completo

La fiesta del Cipotegato se ha convertido en un gran reclamo turístico. “En un año normal suelen venir unas 7.000 personas. Pero este año las fiestas empiezan en sábado y la afluencia siempre aumenta. Un punto que tenemos como referencia es la ocupación. En este momento, los establecimientos hoteleros de la comarca y la ciudad están al 100%”, explica Eva Calvo, concejala de Festejos del Ayuntamiento de Tarazona. De hecho, según informa el Consistorio, son un total de 1.100 plazas hoteleras -la cifra incluye el turismo rural- las que se han llenado para estos días en toda la comarca de Tarazona y el Moncayo, de las que 190 están en la ciudad. 

Mónica García, responsable del hotel Brujas de Irués, asegura que dispone de una oferta de 45 habitaciones para estos días y no queda ni una libre. “Las reservas se hicieron con bastante tiempo, algunas ya en diciembre. Siempre se llena, es una fiesta que atrae mucho a la gente. Este año, al caer en fin de semana, más”. La estancia media de los turistas suele oscilar entre una y dos noches y, según García, llegan, sobre todo, de Zaragoza, el Pirineo, Cataluña y País Vasco. 

En el restaurante Saboya 21, de Tarazona, su propietario, José Ramón Giménez, también afirma que sábado y domingo las reservas están “a tope”. “Podríamos llenar un par de restaurantes con toda la gente que quiere venir”, apunta. Esta situación le ha llevado a contratar cuatro personas más para poder dar un buen servicio. 

Meterse en el papel del Cipotegato, un orgullo turiasonense 

Existen diversas teorías y leyendas sobre el origen de esta fiesta. “En Tarazona había una cárcel y anualmente soltaban a un preso, que tenía que cruzar toda la ciudad hasta tocar una campana. Pero en el camino le tiraban piedras. Si salía vivo, se quedaba libre”, señala la concejala de Festejos. 

Por otro lado, según Calvo, “consta en los archivos municipales que había una fiesta, el Corpus Christi, que eran las fiestas mayores de Tarazona, y salía una figura arlequinada que se encargaba de ‘encorrer’ a los niños para que no salieran a la procesión”. Sin embargo, “a partir de 1644, con la llegada de los restos del santo, se consideró cambiar la fiesta mayor al 27 de agosto, que fue el día del traslado de la reliquia”, expone.

Imagen del Cipotegato en ediciones anteriores. / Ayuntamiento de Tarazona.

Desde entonces, se viene celebrando en esta fecha. Además, el Cipotegato era una figura que acompañaba a la procesión para que la gente no se pasara con la corporación municipal. “Ha ido evolucionando desde una figura que nadie quería encarnar a ser un orgullo para nuestra ciudad", señala la representante municipal. "Más de 150 jóvenes participan en la elección. Muchos terminan su vida sin haber sido elegidos y otros, en cambio, la primera vez que se presentan han tenido la suerte de que les tocara”, matiza.  

Cada año, es el propio Cipotegato el encargado de decidir el recorrido que quiere seguir. “Normalmente depende mucho sentimentalmente de por dónde quiere pasar. En esta ocasión, lo ha basado en pasar por la avenida de la Paz, un lugar donde nacieron sus padres, sus abuelos y donde se ha criado”, declara Eva Calvo. 

Más allá del acto central, que se celebra este sábado, la programación de fiestas viene cargada de actividades para todos los públicos y en diferentes escenarios emblemáticos de la ciudad. Una de las novedades es la instalación de un punto violeta, que estará los días 27, 28 y 29 al lado de la Policía Municipal para atender cualquier tipo de agresión sexual, así como la creación de una campaña contra las agresiones sexistas, en la que colabora la Asociación de Comerciantes de Tarazona: 'Establecimiento Amigo. No estás solo ni sola'. 

Las peñas, premiadas con el reconocimiento ‘Ciudad de Tarazona 2022’ 

Chalibes, Desbarajuste, Dominguera, Garrafus y Sapillos son las cinco peñas de Tarazona que este año van a recibir el reconocimiento ‘Ciudad de Tarazona 2022’, que otorga el Ayuntamiento por su labor como ejes sociales y lúdicos de las jornadas festivas que se han retomado este año. El acto de entrega se celebrará el próximo 5 de octubre de 2022, día de San Atilano. 

Nieves Láinez, miembro de la junta directiva de la peña Sapillos, que actualmente cuenta con 120 socios, confiesa que este galardón “fue una alegría, una noticia muy bien recibida por todos los peñistas y un reconocimiento al trabajo que hacen las peñas, que son parte de la esencia de las fiestas”. Todos los años amenizan los pasacalles, acompañan al Cipotegato en su trayecto o preparan festejos taurinos, almuerzos y comidas, entre otras muchas actividades. Y este año, lo hacen con más ganas que nunca. Láinez reconoce que se le pone "la piel de gallina" al pensar que el Cipotegato va a volver a salir.

Imagen de los integrantes de la Peña Sapillos llevando en pasacalles la figura del Sapo en fiestas anteriores. / Nieves Láinez

Esta agrupación, además, es la encargada de preparar el acto de fin de fiestas, la 'quema del sapo'. “Con un tema de actualidad hacemos un sapo, que va en una peana y lo sacamos en un pasacalles. Es una figura hecha con materiales reciclados, a mano... y lo quemamos como símbolo de que acaban las fiestas. Se empezó a hacer en 1976 y se acabó convirtiendo en una tradición que la propia ciudad hizo suya. No solo somos nosotros los que vamos en esa procesión a quemar esa figura, sino que se nos suman todos los peñistas y vecinos”, añade Láinez.