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PATRIMONIO NATURAL

Localizada una nueva arboleda de tejos centenarios en el macizo de Canciás

Se trata de un grupo de más de diez ejemplares de grandes dimensiones, dispersos entre bojes y pinos, que incluye el tejo más grande de Aragón descubierto hasta ahora

ARAGÓN NOTICIAS /
Tejo centenario de Canciás. | Emili Martínez
icono foto Tejo centenario de Canciás. | Emili Martínez

Agentes de Protección de la Naturaleza del Gobierno de Aragón han descubierto la existencia de una arboleda dispersa de tejos, o ‘taxos’, de grandes dimensiones en la cara sur del macizo prepirenaico de la sierra de Canciás, situada entre los municipios de Fiscal y Yebra de Basa, en  la provincia de Huesca. El conjunto cuenta con más de diez ejemplares centenarios de más de dos metros de perímetro en el tronco, que se hayan dispersos entre bojes o pinos, en un terreno alto y en una ladera muy pedregosa.

Destaca uno de los árboles, de 6,1 metros de perímetro, todavía mayor que uno de los tejos del barranco de Crapera, ubicado en el valle de Bujaruelo, que era hasta el momento, el tejo más grande de Aragón. Y aunque se encuentra en una especie de 'monte de suertes' de propiedad particular, la Dirección General de Medio Natural no descarta iniciar en breve la declaración de este ejemplar y de los otros que le rodean como una Arboleda Singular de Aragón, para tratar de garantizar su adecuada conservación y protección.

El hallazgo de esta arboleda, según informa el Gobierno de Aragón en un comunicado, se realizó cuando los agentes trataban de localizar y georeferenciar un viejo ejemplar de tejo visualizado 18 años antes en la zona, dentro de las labores de prospección que realizan habitualmente para encontrar árboles y bosquetes que pudieran entrar a formar parte del Catálogo de Árboles y Arboledas Singulares de Aragón.

El tejo, un árbol de crecimiento muy lento

El tejo, tacho, taxo o teix (Taxus baccata) está considerado en el mundo científico como uno de los árboles más longevos de Europa, si bien no es un árbol espectacular en altura: por lo general no rebasa los 15 metros, y su copa presenta forma cónica debido a la existencia de un gran número de ramas que crecen en todas las direcciones.

Uno de los aspectos más llamativos es su alta toxicidad. Todas sus partes, excepto el fruto –un arilo rojo y carnoso-, resultan ser altamente venenosas. Las raíces, el tronco, la corteza, las semillas, las flores o las ramas poseen un alcaloide llamado “taxina”. El uso de sus hojas y semillas para envenenamientos se conoce desde antiguo, pues dicen que las tribus celtas preferían suicidarse ingiriendo tejo antes que rendirse ante el enemigo.

El tejo ha sido también conocido y, en este caso muy apreciado, por su dura madera de color carmesí, y por la dificultad que tiene para pudrirse en contacto con el agua.

En la provincia de Huesca este árbol de hoja perenne se distribuye por zonas del Alto Pirineo y Prepirineo, faltando en la Tierra Baja y los Somontanos. La conífera repartida por casi toda la Península Ibérica y buena parte de Europa, aparece de forma dispersa en ambientes húmedos –barrancos, claros forestales de haya abeto y pinar-, en grietas de lapiaces, así como al pie de roquedos, tolerando incluso la caída de piedras. Le gustan las pendientes frescas y sombrías, y muestra preferencia por los suelos calizos.