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AGRICULTURA

Las reservas de agua al 57% en los embalses de Aragón ponen en riesgo la cosecha de cereal

Los agricultores alertan de pérdidas de hasta el 100% del secano si no llueve pronto. Esto sumado al alza en los precios de abonos y combustibles, puede poner en riesgo la continuidad de algunas explotaciones

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Imagen del embalse de Canelles (Huesca), este lunes.

El campo aragonés mira al cielo esperando que el refrán de 'en abril, aguas mil' se cumpla, aunque las previsiones hacen presagiar lo contrario. La media de agua embalsada en el conjunto de la Comunidad se sitúa en el 57%, 10 puntos por debajo de lo que se registraba el año pasado en estas fechas, cuando la cuenca del Ebro almacenaba 5.300 hectómetros cúbicos. Ahora, la reservas apenas llegan a 4.500 hm3. 

El embalse de Canelles, en Huesca, es uno de los que preocupa. De él se abastecen los regantes del Canal de Aragón y Cataluña. Actualmente, se encuentra al 19,8% de su capacidad, un 45% menos que la media de los últimos cinco años. A las escasas reservas se suma la sequía, provocada por la falta de lluvias, lo que hace temer que los prorrateos a los que están sometidos los agricultores puedan continuar. El miedo a que el agua no llegue está haciendo ya que se reduzca la siembra de cereal de verano.

Otro ejemplo de la sequía es el embalse de Mezalocha, en la provincia de Zaragoza, que el año pasado estaba casi lleno, al 99%, mientras que este lunes está al 27% de su capacidad. Una situación que comparte con el de Yesa, que ha pasado del 80% al 60% actual.

"Si no llueve, podríamos hablar de pérdidas del 100% del secano"

En el valle del Jiloca, en Teruel, la falta de lluvias preocupa en el campo. No es la primera vez que los agricultores viven una sequía de estas características, pero sí la primera que recuerdan en el primer trimestre del año. "Arrastramos un 2023 con la pluviometría casi a cero. Otros años hemos visto esto, pero en mayo, no en marzo o abril", comenta Alberto Escura, secretario provincial de UAGA en Teruel.

Las previsiones tampoco son buenas y no parece que las lluvias lleguen en la medida que se necesitan. De prolongarse, la sequía podría tener consecuencias negativas en la cosecha. "Si no llueve, podríamos hablar de un 100% de pérdidas en el secano", augura Escura. 

Con un invierno muy bajo en lluvias y con temperaturas anormalmente altas, los regantes no se arriesgan con la siembra, que en el caso del maíz debería estar casi empezando. 

El cereal de invierno comienza a amarillear por la falta de agua. 

"Con los embalses casi vacíos, estamos intentando salvar el cereal de invierno -cebada y trigo-, pero los agricultores no se atreven a jugársela con la siembra siguiente si el agua no está asegurada", lamenta el secretario provincial de este sindicato agrario. 

A todo eso se suma el aumento en los costes de producción por hectárea, que desde el campo aseguran que se han duplicado en el último año. Algo que hace peligrar la continuidad de algunas explotaciones. 

"Nos hemos enfrentado a la siembra más cara de la historia. Estamos hablando de hacer abonos a 1.000 euros la tonelada, el triple que el año anterior", denuncia el presidente de Asaja en Teruel, José Manuel Cebollada.