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Las obras entre Gallur y Mallén para convertir la N-232 en la A-68 terminarán antes del otoño

Una vez inaugurado el tramo desaparecerán las actuales bonificaciones por autopista. Cada día circulan por la vía 13.000 vehículos, de los que la mitad son pesados

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Por esta vía cada día circulan 13.000 vehículos, de los que la mitad son pesados.

Las obras para convertir la N-232 en la A-68, entre Gallur y Mallén, está previsto que terminen antes del otoño. Una vez inaugurado el tramo desaparecerán las actuales bonificaciones por autopista. Para el próximo año quedarán pendientes los cinco kilómetros que enlazarán Mallén con Navarra. Dejar atrás la carretera nacional era el sueño de vecinos de la zona y conductores. Por esta vía cada día circulan 13.000 vehículos, de los que la mitad son pesados.

"En septiembre de 2021 tenía que estar terminada. La pandemia también al principio generó parones y este año también se ha producido alguna disminución del ritmo de trabajo con el encarecimiento de los costes de algunos materiales. Hubo algunos meses de menos actividad", explica Rubén Marco, alcalde de Mallén.

Si se mira hacia el Mediterráneo, la conversión en autovía de la N-232 en dirección a Castellón también sigue su curso, aunque mucho más lento. El proyecto se ha dividido en seis fases y la más avanzada es la que se encuentra entre El Burgo de Ebro y Fuentes de Ebro, donde se está explanando la tierra para duplicar carriles y construyendo los puentes que darán acceso a los enlaces.

Vicente Royo, alcalde de El Burgo de Ebro, señala: "Los puntos de dificultad que tenemos son la entrada a la Saica y el polígono industrial de El Espartal, porque se estrecha y se junta mucho con la vía, que es el punto de mayor dificultad". 

Las obras costarán unos 80 millones de euros. Comenzaron en febrero y tienen un plazo de ejecución de tres años.