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TRADICIÓN

Las 'Manolas' de la Semana Santa, una figura que pervive y que se renueva

Cloefé Pérez, Cofrade de Honor oscense, lleva 40 años saliendo en procesión con la Virgen de los Dolores de Huesca

ALIZIA BEGUÉ /
Fuente: Europa Press.
icono foto Fuente: Europa Press.

Casi todos en Huesca saben quién es: Cloefé Pérez, de 'la casa de los platos'. Tiene 87 años y lleva alrededor de 40 vistiéndose de 'Manola' en la Semana Santa de Huesca, simbolizando un riguroso luto por la muerte de Cristo. Por ello, Pérez se ha ganado ser la Cofrade de Honor de este año en la capital osecense. 

"Las Manolas son mujeres penitentes que salen detrás de los pasos, ataviadas con mantilla española, traje de chaqueta y falda negra, y generalmente con un rosario", indica Ignacio García, presidente de la Junta de Cofradías de Zaragoza. 

Tiempo atrás, explica García, cuando en muchas cofradías no se permitían mujeres, vestirse de 'Manolas' era la forma que tenían de participar en las procesiones. Actualmente sigue sin ser necesario ser cofrade para salir, pero cada agrupación se organiza y decide en qué pasos salen. "Normalmente suelen ser personas cercanas a la cofradía, familiares, madres, hermanas...", explica García. Estas figuras están ligadas a la de las 'camareras'. "Al no aceptar mujeres, se crean las 'camareras', que son quienes visten y cuidan a las Vírgenes para procesiones y cultos. Cuando se empieza a permitir que las mujeres pertenezcan de pleno derecho, algunas que iban de 'Manolas' se visten con los hábitos".

Su popularidad, indica García, ha sufrido vaivenes con los años. "Ahora parece que vuelve a tener tirón, veo jóvenes de 20 y 30 años, y sobre todo depende de la Cofradía, algunas tienen mas tradición de 'Manolas' que otras. En ocasiones algunas cofrades salen tocando con un paso y con otro se visten de manola", indica el presidente de la Junta de Cofradías. 

 Las 'Manolas' acompañando a un paso de Semana Santa. / Europa Press.

Un retiro por todo lo alto

En el caso de Cloefé lleva cuatro décadas saliendo ininterrumpidamente tras la imagen de la Virgen de los Dolores, "haga frío o haga calor", según indica su hija, también llamada Cloefé García. De hecho, según detalla la Cofrade de Honor, cambia su traje según el tiempo que haga pero lo que no cambia nunca son sus zapatos de 12 centímetros de tacón de aguja. "Ando divinamente, sin problemas, pero en la Catedral tengo que ir mirando hacia abajo porque los tacones son muy finos y los baldosines muy irregulares", asegura.

"En los primeros años salí de penitente, después con una cruz descalza..., y llegaba a la plaza y me decían que descansara, pero no me cansaba para nada, estaba tan fresca", recuerda Cloefé. "Alguien me vio y me dijo, ¿por qué no sale de 'Manola'? En mi casa nadie se había vestido antes, pero tenía mantillas de mis abuelas, un rosario precioso, unos broches muy bonitos... Tenía de todo, no me tuve que comprar nada", asegura. Desde entonces han pasado 40 años y en 2022 puso fin a esta etapa de la mejor manera posible: "El año pasado ya no iba a salir, pero mis cinco nietas me dijeron que salían conmigo y así fue, es un recuerdo precioso". Por eso ya no va a salir más, pero no por falta de fuerza. "Estoy bien de salud, pero quería terminar de salir mientras todavía tuviera alegría y la sonrisa en la cara, que el recuerdo fuera bonito, no cuando ya me empezara a cansar". 

La voz de Cloefé trasmite ternura, pero sobre todo, alegría, y esa es una de sus señas de identidad en Huesca, donde ya la reconocen y saludan por la calle tras tantos años. "Intento transmitir alegría y felicidad a la gente que me rodea. Ahora veo mucha negatividad, gente que solo se queja y lo contagia a los demás. A eso hay que darle la vuelta, pensar y hacer en positivo. Hay que empezar por uno mismo y transmitirlo a los demás. Es la única manera de cambiar el mundo", sentencia.