Las heladas tardías acaban con gran parte de la cosecha de almendra en Aragón

Las heladas tardías son uno de los riesgos que más temen los agricultores, como las sufridas -por segundo año consecutivo- en el campo aragonés. Las gélidas noches transcurridas entre el 2 y el 5 de abril han acabado con gran parte de la cosecha de fruta dulce, pero también de almendra. 

La Comunidad es la tercera productora de almendra con 70.000 hectáreas plantadas, de las que se recogerá en torno a 8.000 kilos. El desplome de la cosecha de este fruto seco y de otros cultivos de fruta, alertan los agricultores, pone en riesgo 10.000 empleos. 

Hasta 2019, las almendras de floración tardía, como las variedades guara, soleta y velona, se habían afianzado en la Comunidad, ya que escapaban al frío primaveral. Sin embargo, tras este año, el resto de cosechan se han congelado. Un ejemplo es el de la comarca de Calatayud, donde apenas van a recoger un 10% de la producción, debido a esas heladas de principios de abril que arrasaron las almendras. 

"Al agricultor que se dedica a trabajar para terceros, o que manda sus almendros a recoger, no le merece la pena, porque quedan 20 frutos en cada árbol", explica José Luis Sánchez, responsable de frutos secos de UAGA Aragón. 

Con el combustible más caro que nunca, a los agricultores no les salen las cuentas, porque han perdido dos terceras partes de la producción. Solo se ha salvado una parte de la cosecha en Borja y Belchite. "Hay que empezar a pensar ya en variedades mucho más tardías en floración o, incluso, elegir la zona donde se va a plantar la almendra", indica Francisco Ponce, responsable estatal de frutos secos en COAG. "Habrá que tomar medidas porque el almendro, sobre todo en los secanos, es la única alternativa que hay", añade José Luis Sánchez.