Las atenciones médicas por picaduras de insectos superan ya el umbral establecido en Aragón

Las consultas en los servicios de Atención Primaria de Aragón por picaduras de insectos han aumentado desde mediados de mayo. Según datos del departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón, en los primeros cinco meses de este año se han registrado un total de 2.956 consultas por este motivo. Y en la semana 20, la que va del 16 al 22 de mayo, ya se superó el umbral establecido para este año de 430 consultas por semana. 

Las altas temperaturas que se prevén para estos días van a favorecer la reproducción de mosquitos, pero al mismo tiempo van a provocar la muerte más temprana de los insectos adultos. Así lo explica el catedrático de Parasitología en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza Javier Lucientes: "Hay una relación directa entre el calor y los estadios larvarios, ya que a una temperatura más elevada el ciclo se acorta, y pueden volar antes y criar más generaciones. Pero el calor excesivo, superior a los 40 grados, hace que su metabolismo vaya también más rápido, se hacen viejos antes y mueren antes". El experto indica que los mosquitos son organismos vivos que tienen que sobrevivir en épocas de calor buscando lugares con sombra y con humedad: "Su temperatura habitual es de 25 grados y una humedad de entre el 40% y el 60%, y mientras que durante el día vuelan poco, tratan de ocultarse entre la vegetación, en madrigueras de animales, o en los sótanos de las casas". 

Al mismo tiempo, Lucientes estima que la falta de lluvias y de tormentas "importantes" no ha dejado zonas encharcadas, por lo que cree que no se han llegado a formar "lugares de cría importantes" para el mosquito común este año. Sin embargo, el catedrático apunta a que la actual situación sí puede estar beneficiando a la mosca negra: "La mosca negra no está en aguas estancadas, sino donde hay corriente de agua, como el río Cinca o el Ebro, pero allí al concentrarse el agua en determinados sitios favorece la proliferación de algas, que es donde se desarrolla, con lo que acelera el ciclo". 

En los últimos años también se está notando la presencia del mosquito tigre en algunas zonas de la Comunidad, que principalmente actúa de día.

Las zonas más afectadas

Otra fuente para la reproducción de mosquitos son los lugares de regadío, muy extensos en Aragón. "Incluso en la zona de los Monegros se tuvo que crear un servicio de control a raíz de las molestias que causaban a la población", señala el catedrático de Parasitología en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza. 

Según los datos facilitados por el departamento de Salud del Gobierno de Aragón, hasta mayo de 2021 las seis zonas de salud donde más picaduras de insectos se han registrado han sido, en este orden, Fraga, Monzón urbana, Barbastro, La Almunia de Doña Godina, Huesca capital (número 3) y Caspe. En el caso de la localidad fragatina, el número de consultas han sido de 85, al igual que en Monzón, lo que ha supuesto un 2,8% del total de atenciones. 

Para controlar la población de mosquitos, Javier Lucientes no aconseja fumigar con una avioneta zonas extensas, sino hacer actuaciones puntuales: "El tratamiento no es excesivamente complicado. Es costoso en el sentido de que es caro, pero es seguro y eficaz. Las empresas que hagan el control deben localizar las zonas donde crían para hacer un tratamiento puntual, lo importante es llegar a las larvas". 

¿Cómo evitar picaduras?

Según explica el catedrático de la Universidad de Zaragoza, contrariamente a lo que se suele pensar, los mosquitos no 'atacan' a las personas con sangre dulce: "Son atraídos por productos que tenemos en la piel, relacionado con la microbiota y los ácidos grasos de nuestros tejidos. Y cada persona responde de una manera distinta. Hay gente a la que les pican, pero no tienen ningún tipo de reacción, y a otros pueden hasta provocarles una reacción alérgica algunos de los componentes de la saliva". 

Lo más eficaz, apunta Lucientes, son los repelentes y cremas hidratantes que lleven citronela. "Los ultrasonidos no sirven para nada y las pulseras te dan un repelente muy limitado. Si llevas pulsera y pantalón corto y camiseta, lo lógico es que ataquen".

Este recuerda también que está prohibido utilizar repelentes en menores de tres años. "A los bebés se les puede poner una especia de malla con una toallita encima impregnada de repelente para que no esté en contacto con su piel y crear así una burbuja protectora", concluye el catedrático de la Universidad de Zaragoza.