La residencia de Yéqueda reabre como residencia de mayores

La Abubilla, residencia del municipio de Yéqueda, fue el primero de los cinco centros COVID-19 que se pusieron en marcha en Aragón tras declararse el estado de alarma. Un año después, tras haber atendido a 164 personas, 100 de ellas positivas en la enfermedad, el centro recupera la normalidad y reabre sus puertas para cumplir con su principal función: ser una residencia de última generación con servicios punteros en fisioterapia y terapia ocupacional.

Tras realizar los últimos reajustes, la residencia acogerá desde este martes a los primeros mayores, que deberán estar vacunados o realizarse un test anticoronavirus. Actualmente se han cubierto la mitad de las 45 plazas ofertadas. "Habéis sido valientes, generosos, personas que habéis sabido dar respuesta, que habéis tratado con cariño, que habéis llamado a las familias... No sabéis lo contentas que están las familias de ese gran trabajo que se ha hecho", ha afirmado este lunes María Victoria Broto, consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón, que ha estado presente en la apertura del centro.

Broto también ha destacado que "han sido centros que han salvado vidas, que han resultado imprescindibles y que, gracias a la vacuna, ya pueden seguir atendiendo a los mayores, pero desde la esperanza y la ilusión".

Por su parte, el director de la residencia, Mateo Ferrer, ha desgranado en qué consiste el novedoso método de trabajo del centro. "En La Abubilla nos hemos basado en un sistema nórdico, que se basa en una atención muy individualizada, donde el usuario realmente se siente en su casa. Permitimos que personalice el 100% de su habitación y la totalidad de su día a día", ha explicado.