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AGRICULTURA

La previsión de cosecha de cereal en Aragón se reduce un 25% por la meteorología

Organizaciones agrarias y trabajadores del campo destacan que las heladas de primavera, el granizo y el calor inusual de mayo hacen que la producción sea muy irregular según las comarcas

ARAGÓN NOTICIAS /
Campo de trigo en Pedrola, el pasado viernes, 3 de junio. / UAGA
icono foto Campo de trigo en Pedrola, el pasado viernes, 3 de junio. / UAGA

La previsión de cosecha de cereal de invierno en Aragón se ha reducido un 25% debido al tiempo. Estas son las cifras que manejan agricultores y organizaciones agrarias. Mientras que al comienzo de la temporada se esperaba una cosecha "notable", la recolección de cebada, trigo duro, blando, triticale, centeno y avena, cuya campaña acaba de comenzar, se va a ver muy recortada. Las heladas del mes de abril, el granizo y el calor inusual de mayo ha sido la puntilla a un sector en el que los costes de producción se han triplicado. 

"Hay mucha preocupación e incertidumbre por ver cómo van a responder las diferentes variedades de cereal a las altas temperaturas que se vienen registrando desde el 19 de mayo", comenta José María Alcubierre, secretario general de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA-COAG). "Si no hubiera sido por el calor inusual que ha habido en mayo, las previsiones de cosecha serían muy buenas", asegura. 

Desde UAGA explican que el calor tan intenso y prolongado en el tiempo ha provocado el “asurado” del grano, es decir que este no se haya desarrollado adecuadamente y no haya alcanzado el peso específico deseable. Y este factor es una de las razones por las que la cosecha esperada a principios de mayo se ha reducido. 

Las altas temperaturas también son otro de los motivos por los que se aprecia mucha irregularidad en la producción, siendo en las comarcas de La Litera, Bajo Cinca y Caspe, junto a las del Pirineo (Sobrarbe y Jacetania) donde se espera peor cosecha. En el resto de Aragón también hay mucha disparidad en los rendimientos del cereal según las variedades cultivadas, ya sean más tempranas o tardías.

En el caso de la alfalfa, su producción caerá este año en Aragón hasta las 750.000 toneladas. A ello ha contribuido principalmente la reducción del cultivo hasta un 10%, a pesar de que la demanda a causa de la guerra de Ucrania ha aumentado. Este panorama, sumado a los altos costes energéticos, hace prever un aumento de los precios. La cebada no se ha visto tan afectada por el calor, al contrario que el trigo, que sí que ha sufrido mucho tanto en las zonas tempranas como en las tardías. Es ahora cuando se llena el grano, que está al 30%, y con estas temperaturas corre el riesgo de no completarse. 

Suben costes y se recogen menos kilos

"Este año ha sido climatológicamente muy malo, aún no podemos calcular los resultados, pero que la cosecha es regular, tirando a mala, lo tenemos claro", explica Enrique Arceiz, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Aragón (UPA). Además de los fuertes cambios meteorológicos, este recuerda que los costes de producción se han triplicado y que el agua ha sido más bien escasa. "Ha faltado en muchas zonas y para los secanos han sido un problema muy grave, especialmente en varias zonas de la provincia de Huesca y Teruel". 

Actualmente, el precio de la tonelada de cereal está en los 360 euros. Sin embargo, desde UPA apuntan que si se restan los costes triplicados (que han subido motivados por la situación geopolítica que se está viviendo) y la bajada de kilos por culpa de los cambios de tiempo, "la cosecha pasar a ser ruinosa"

El otro gran problema: los conejos

Además de la meteorología, el otro gran problema al que se enfrentan, año tras año, los agricultores de cereal de invierno son los conejos. Esta plaga cada vez se extiende por más zonas de nuestra Comunidad, causando daños en más del 20% de la superficie en algunas zonas.

La mejor cosecha de cereales de invierno de la última década fue la del 2020. Entonces, la producción en secano y regadío ascendió a 2.752.425 toneladas. El regadío representa en torno al 22% de la superficie total de cereales de invierno, pero produce más del 35% del total. En 2021, la cosecha se redujo un 7% respecto a la campaña anterior.

Este 2022, en cambio, la situación es muy diferente. "Es un año atípico, totalmente fatal para el cereal", afirma Fernando Luna, secretario general de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja). "Aragón tiene una geografía muy irregular con microclimas muy dispares, por lo que habrá zonas que se salvarán de estos malos datos. En Teruel, por ejemplo, todavía está madurando la cosecha y probablemente no se note tanto, pero en el centro las heladas, el granizo y las atlas temperaturas han hecho estragos", cuenta Luna. En algunos campos de la zona central de Aragón, el pedrisco ha provocado el 50% y hasta el 100% de pérdidas del cereal. "Va a haber una diferencia importante en cuanto a los kilos recogidos. En 2021 se cosecharon dos millones y medio de toneladas en Aragón de cereal, este año no llegamos ni a las dos, son 650.000 toneladas menos". 

Campaña frutícola

Los cambios de temperatura están haciendo mella en el campo aragonés. Además del excesivo calor, las heladas que se registraron al inicio de la primavera, combinadas con las lluvias de la última semana (acompañadas con granizo en algunas zonas), han causado estragos en la fruta de hueso. Aragón es una de las principales regiones recolectoras. El sector prevé lo peor: su producción puede llegar a reducirse hasta un 70%, y puede llegar a bajar, de las 500.000 toneladas de media de los últimos cinco años, a unas 200.000.

Melocotones y nectarinas dañados por el granizo de la última semana. / FUENTE: UAGA

Esta situación afecta de manera directa a la contratación de temporeros, que también se ha reducido a la mitad. En los últimos años se han recolectado de media en Aragón 500.000 toneladas, y este año se prevé en torno a las 200.000, por lo que se requerirán unos 7.000 de los 15.000 trabajadores habituales. 

La cereza siempre es la primera fruta que se recoge en Aragón. En estas fechas ya está en plena campaña de recogida, aunque ha sido más tarde de lo habitual debido a esas condiciones meteorológicas que ha sufrido la Comunidad durante los meses de febrero y marzo. Las bajas temperaturas y las heladas sufridas han provocado el retraso en la maduración de esta fruta. Los sindicatos agrarios apuntan a una reducción de la cosecha de cerezas de hasta un 50% en todo el territorio, dispuesta en un total de 10.000 hectáreas de superficie.