La presa de El Grado exhibe sus 'entrañas' y galerías a los curiosos

Además de la playa, la montaña, o el patrimonio artístico y monumental, también pueden convertirse en motor del turismo elementos como la presa de El Grado, en Huesca, que da a conocer mediante visitas guiadas la función y la importancia de esta infraestructura hidráulica, levantada en 1969. 

En la visita se pueden descubrir sus entresijos, la otra cara que casi nunca se ve, y que va mucho más allá de un bloque macizo de hormigón. En su interior hay galerías en las que se puede descubrir, por ejemplo, distintos medidores que vigilan diariamente, las 24 horas del día, los movimientos que pueda registrar la presa.

Otros datos curiosos que el visitante puede conocer es que se tardaron 11 años en levantarla, o que en construcción trabajaron más de 2.000 personas y se emplearon 300.000 hormigoneras.

Algunas de las personas que han participado en la visita han relatado sus sensaciones: "La construcción entera me ha parecido impresionante, sobre todo las medidas de seguridad", destaca una mujer, mientras que un hombre señala: "Me parece que está muy bien ilustrada, documentada. Retrata fidedignamente la historia de la presa".

Uno de los objetivos de esta infraestructura es la de represar las aguas del Cinca. Además, contribuye a regular el agua en caso de crecida del río, y también a generar energía eléctrica.

La presa de El Grado tiene una capacidad máxima de 400 hectómetros cúbicos y el 80% del agua embalsada se dedica al regadío.