La 'metodología agile', la revolución en la forma de organizar el trabajo en las empresas

La premisa que reza 'adaptarse o morir' es uno de los principios sobre los que se sustenta el 'movimiento agile' -en inglés- o metodología ágil. Se trata de una revisión de la forma de trabajo en las empresas, sobre todo en las dedicadas al 'software', situando a la persona en el eje de los procesos de la compañía, implicando al trabajador en la toma de decisiones, y apostando por el trabajo en equipo superando la división entre departamentos. Una nueva forma de organizar el trabajo que gana adeptos también en Aragón.  

Antonio Pintor es experto en la materia y es responsable de TIC en el Grupo Titanes. Su trabajo consiste en incorporar los preceptos del 'agile' al trabajo diario de las empresas. Una fórmula que, asegura, es sinónimo de más felicidad para los trabajadores y más productividad para el negocio. 

"Es un modo de trabajar que da un montón de beneficios y mucha productividad, sobre todo, porque te enfocas en lo que es necesario y cada dos o tres semanas te enfocas en lo que la empresa necesita realmente", explica.

El equipo de trabajo es la base de este método. Los integrantes son los que eligen de forma interna los procesos y los tiempos en los que van a desarrollar determinadas tareas. Un trabajo que se monitoriza y actualiza cada día en una reunión que no dura más de 15 minutos. "Tenemos una sesión de planificación, en la que se decide lo que hay que hacer y, de forma conjunta, se organiza el sistema, sin que la empresa decida. Solo el equipo plantea sus tareas", subraya Pintor. 

Más trabajo en equipo y menos departamentos

Esta forma de trabajar y de organizarse ayuda a descompartimentar las empresas y favorece la comunicación y el trabajo entre diferentes departamentos, haciendo que la labor de unos y otros sea más eficiente. 

Además, la implicación de los trabajadores en los procesos de decisión genera implicación en ellos y una mayor responsabilidad sobre las tareas individuales y su consecución, al pasar de ejecutores a decisores. "Desde la experiencia que tengo, este método genera por parte del trabajador una mayor implicación cuando le cuentas que va a cambiar la manera de trabajar. Le das la confianza al equipo de que pueden decidir cambios. No cae la responsabilidad sobre otros, sino que recae en los equipos. Eso genera confianza y responsabilidad", confirma el experto. 

La relación con el cliente, sobre todo en el caso de las empresas tecnológicas, las que más optan por esta modalidad de trabajo, mejora considerablemente al hacerle partícipe del progreso del proyecto. "En vez de entregar el producto final y que el cliente lo evalúe y, en muchos casos, haga modificaciones, lo que hacemos es que cada tres o cuatro semanas, le mostramos cómo se está haciendo, en qué punto está y si es necesario se hacen cambios sobre el proyecto inicial. Es menos rígido", apunta.

Son cambios que deben iniciarse en los departamentos de Recursos Humanos, señala Pintor, para cambiar el paradigma de cómo se trabaja en una empresa drásticamente. Algo que puede incorporarse a cualquier formato de empresa: "Hasta ahora, estamos acostumbrados a que hay un director de departamento que decide lo que hay que hacer, cómo y quién lo hace. Con este modelo, lo que se hace es democratizar ese sistema y hacer que los trabajadores formen parte de la empresa a un nuevo nivel". 

Desde 2022, tanto Antonio Pintor como otros expertos imparten una Conferencia de Agilidad en la Empresa Aragonesa. Una ponencia que este año tendrá lugar el 8 de junio, en el monasterio de Cogullada. Allí, especialistas en programas de innovación, desarrollo y transformación de profesionales y empresas, destinados tanto a directivos como equipos de trabajo, mostraran y darán las claves para mejorar los resultados económicos y sociales de las empresas.