La limpieza frecuente de las chimeneas, clave para evitar emergencias

La llegada del invierno y de las bajas temperaturas propician la puesta en funcionamiento de las chimeneas, después de todo un año sin usarse. Los deshollinadores y bomberos recuerdan que es importante limpiarlas con frecuencia para evitar emergencias.

"Los detectores de humo hay que colocarlos en los techos de las habitaciones porque el humo es aire caliente y sube. Sin embargo, los detectores de monóxido de carbono los debemos colocar aproximadamente a la altura de los ojos, porque el monóxido va a estar mezclado con el aire", explica Manuel Martínez, bombero de la DPZ en Tarazona.

Los bomberos de la Diputación de Zaragoza (DPZ) han apagado más de una docena de fuegos causados por las chimeneas, que no habían sido limpiadas previamente. "Al no tener mucho oxígeno porque está cerrado, el fuego está latente y puede durar incluso días sin que se den cuenta los inquilinos. Pero luego, cuando se hace una apertura y entra aire, sí que arde rápidamente", afirma Martínez. 

Sin embargo, hay señales que indican un posible fuego como, por ejemplo, que caiga hollín de la chimenea o que se produzca más humo del que debería. Estos son algunos de los indicadores para limpiarla: "Hay que limpiarla una vez al año si la utilizas todos los días, y si es una chimenea que empleas de vez en cuando, hay que hacerlo cada dos años", asegura Cristian Morillo, deshollinador de la empresa LDH en Huesca.

El oficio de deshollinador es uno de los más antiguos y en el que cada vez son menos, porque los métodos de limpieza se simplifican y desciende el número de casas con chimenea.