Publicidad
CULTURA

Intriga y costumbrismo, la base de la nueva novela de Javier Vázquez, 'El vals de la novia ausente'

El escritor y periodista zaragozano presenta su segunda obra policiaca, en la que la capital aragonesa es un personaje más

TERESA P. ALBERO /
El escritor y periodista Javier Vázquez junto a su nueva novela 'El vals de la novia ausente'.
icono foto El escritor y periodista Javier Vázquez junto a su nueva novela 'El vals de la novia ausente'.

Pasear por la Zaragoza de principios del siglo XX es posible, como también lo es descubrir los palacetes modernistas que atesora la ciudad, los cafés en los que se encuentra a lo más destacado de la clase adinerada de la sociedad de 1912 o hacer una parada en una céntrica confitería para saborear sus pasteles. Un recorrido por el tiempo cuyo billete está oculto entre las páginas de 'El vals de la novia ausente', la última novela del escritor y periodista zaragozano Javier Vázquez, en la que da continuidad a la cupletista y detective por azar Mercedes Ibor. 

"Soy muy zaragozano. Me gusta mucho el siglo XX y sin darme cuenta he ido haciendo una labor de documentación muy importante. Me gusta que los personajes tengan referencias reales, que puedan vivir lo mismo que habría vivido un ciudadano de la época", comenta el autor. 

El teatro Pignatelli, la Casa Molins, el hotel Regina o el casino Principal son algunos de los escenarios por los que caminan y se cruzan los personajes, en un relato inmersivo que hace que el lector recree con los cinco sentidos la vida de los protagonistas. 

Tal es el grado de detalle de la novela, que hay lectores que han iniciado una suerte de ruta gastronómica por los establecimientos que aparecen en el texto. "Me envían fotos en las redes sociales con unas magdalenas que compra un personaje en un pueblo o con una tarta 'shajar', que elaboran en la Bombonería Oro desde hace un siglo", recuerda el escritor.

"Los personajes hacen que al final todo cuadre"

Tal vez ese amor por su ciudad y por la historia son las claves del éxito de su primera novela, 'Tango para una asesina', y el detonante para lanzar la segunda. "Este libro nace en la gira de presentaciones y de encuentros literarios con lectores de la primera. Los que se habían leído ya 'el tango' me pedían una segunda parte, una continuación", recuerda. 

Dicho y hecho. En unos meses el escritor dio forma a la siguiente aventura de Ibor y de todo el universo de personajes que le acompañan en su historia. Esta vez, la protagonista tratará de descubrir qué se esconde tras una muerte, aparentemente, casual

"En los dos libros me ha pasado algo curioso. He escrito primero dos o tres capítulos iniciales, donde incluyo el suceso que hace estallar todo, y luego me suele venir el final de la historia y el nombre del asesino. El resto del argumento lo dejo en manos de los personajes, que me van guiando hasta hacer que todo cuadre", explica el autor zaragozano.

La música marca el ritmo de cada capítulo

La novela juega con el concepto del paso del tiempo e incluye saltos y vueltas al pasado. Una línea temporal que Javier Vázquez ha trazado al ritmo de un tres por dos, el compás típico del vals. "Me gusta ese guiño a la música y me sirve como excusa para ordenar los capítulos. Además, tanto el tango como el vals son dos géneros muy de moda en la época en la que se desarrollan ambas historias", indica el escritor. 

A pesar de que su segunda obra acaba de ver la luz, Vázquez ya está inmerso en la creación del siguiente manuscrito: "Como Mercedes es una cupletista famosa, igual la saco de Zaragoza y hago que viaje, por ejemplo, a Teruel o a París. Lo que tengo claro es que mi ciudad siempre aparecerá". 

Esa necesidad de contar historias está detrás de su prolífica carrera en las letras: "Me gusta contar. Lo de menos es el medio o el cómo. Cuando escribo obras de teatro, cuentos infantiles o guiones para la radio, al final cuentas una historia basada en la actualidad. En la ficción es lo mismo, pero con una trama que nace de mí".

En cualquiera de las dos historias, el lector se verá envuelto en el costumbrismo, en los detalles y en una trama policiaca que engancha desde la primera línea.