La Guardia Civil interviene 11 patos sin etiquetas ni documentos en un restaurante de Zaragoza

El Seprona de la Guardia Civil ha intervenido en un restaurante de Zaragoza 11 patos destinados al consumo humano que no tenían documentación acreditativa de su origen y estaban sin etiquetar. El encargado y la propietaria de local, de 49 y 52 años, son investigados como presuntos autores de un delito leve contra la salud pública. 

En la mañana del pasado 5 de octubre se recibió una llamada de los servicios veterinarios oficiales del Gobierno de Aragón que alertaban de que en un restaurante de Zaragoza se había observado a personas que introducían al local patos vivos. 

En un primer momento se entrevistaron con el encargado del establecimiento quien mostró un congelador situado en el comedor del restaurante y mientras los inspectores comprobaban los productos que contenía la cámara, este se retiró a un almacén. 

El especialista del Seprona le siguió y comprobó que el encargado estaba sacando patos congelados del interior de una cámara frigorífica y ocultándolos bajo una estantería. El agente encontró nueve patos ocultos bajo la estantería y otros dos en el interior de la cámara frigorífica, todos ellos congelados, sin plumaje, metidos en bolsas de plástico sin etiquetado alguno, documento de trazabilidad o factura que amparase su procedencia.

La propietaria del restaurante manifestó que no poseía documentos porque había comprado los patos a una tercera persona de que la desconocía la identidad.

Los patos intervenidos fueron declarados no aptos para el consumo humano por los servicios de Sanidad. Fueron retirados por una empresa de gestión de residuos para su destrucción.