La gestión del plástico como desafío medioambiental

La Directiva europea que prohíbe la venta de artículos de plástico de usar y tirar ya ha entrado en vigor. Desde el pasado 3 de julio, productos como pajitas, bastoncillos, cubiertos o platos de plásticos, entre otros, deberán fabricarse con materiales menos dañinos para el medio ambiente, si es que quieren ser comercializados en el conjunto de mercados de la Unión Europea. El objetivo de esta nueva norma es luchar contra la contaminación, pero desde la Federación de Empresas Químicas y Plástico en Aragón (FEQPA) afirman que el plástico es "la mejor alternativa contra el cambio climático". Asimismo, la hostelería y el ocio nocturno se muestran preocupados por el alto precio de los sustitutivos ecológicos.

Alberto Campuzano, responsable de la implantación del vaso reutilizable en los festivales aragoneses y portavoz del ocio nocturno en Aragón, denuncia que el coste de los productos elaborados con material biodegradable "triplica" a los del plástico. Además, a pesar de que se muestra a favor de la medida porque "lo que no es sostenible no tiene futuro", le inquieta que, si no se conciencia lo suficiente sobre el cambio de material, "la gente podría tirar el envase a los contenedores de plástico", consiguiendo un efecto adverso para el planeta. Por su parte, desde Horeca Zaragoza reconocen que ya han comenzado a implantar medidas 'eco' y confían en que los precios se irán ajustando como resultado de la ley de oferta y demanda.

Una normativa "con flecos"

La FEQPA mira con incertidumbre a la directiva y temen que derive en un rechazo progresivo de este material. Declaran que los plásticos son versátiles, ligeros, resistentes y seguros, lo que posibilita al ser humano "vivir más y mejor". Aplicados a la automoción, por ejemplo, señalan que este material permite que un vehículo pese menos y ahorre combustible. También destacan la labor del plástico en el sector sanitario para la elaboración de jeringuillas, guantes, kits de transfusión sanguínea o como parte de los corazones artificiales. "Quién piensa en jeringuillas de cristal, en el momento actual, sería inviable la vacunación", apuntan.

Según la FEQPA, fabricar todos los productos del mundo que en estos momentos se forman por plástico con otro material supondría un coste cuatro veces mayor de materia prima, más del doble de energía y casi el triple de emisiones. "Sin plásticos retrocederíamos 100 años y sería insostenible para nuestro planeta", indican. Además, afirman que el problema no es el material sino su residuo mal gestionado, porque el 80% de las basuras marinas proviene de la tierra. "Sustituir los plásticos implica aceptar que seguiremos arrojando basura al mar, pero de otro material", añaden. En Aragón, la transformación de plásticos genera alrededor de 1.700 empleos directos.

Marcaje de productos

Con el cambio legislativo, los fabricantes de compresas higiénicas, tampones, toallitas húmedas y cigarrillos con filtros también estarán obligados a incluir en el etiquetado una marca “bien visible, claramente legible e indeleble”, cita el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en un nota informativa, que anuncie a los consumidores sobre la presencia de plásticos en el producto, su consiguiente impacto medioambiental y las opciones adecuadas de reciclaje del mismo.

En España, la transposición de la norma europea se ha incluido en el Proyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados, que todavía está en tramitación parlamentaria y que probablemente entrará en vigor en enero de 2023. Baleares, por su parte, ya prohibió en 2020 la venta de productos de plástico de un solo uso.