La demanda de entrenadores personales en Aragón se dispara por la pandemia

Mejorar la condición física, resolver algún problema de salud, perder peso o por una cuestión estética: estas son las razones más repetidas por quienes solicitan un entrenamiento personal, una actividad que se ha disparado en Aragón por la pandemia. El miedo a los espacios cerrados, como los gimnasios, haber comenzado a realizar deporte durante el confinamiento o haber subido de peso en este periodo son las principales causas que explican el auge de estos planes de entrenamiento individualizados.

“La demanda ha crecido mucho desde el confinamiento. Entonces, la gente intentó hacer más deporte o actividad física en su casa pero, al no practicarlo de una manera correcta, no han notado demasiado los beneficios. Por eso, ahora buscan a un experto”, señala Xenia Florián, responsable de Xentido Psicología & Fitness, un centro especializado en el bienestar integral en Teruel. En él, el propósito más escuchado por los especialistas es la pérdida de peso, un camino que emprenden de manera "consciente". "Un kilo máximo a la semana, para evitar la aparición de flacidez", cuenta Florián.

Para poder alcanzar la meta, desde Xentido llevan a cabo una entrevista personal y, una vez establecida la rutina de trabajo, se firma un contrato de compromiso con el cliente. ¿La clave del éxito? Establecer un objetivo realista y alimentar constantemente la motivación, algo que solo es posible prestando atención también a la salud mental. "Damos a nuestros clientes pautas psicológicas. Tan importante es cuidar el cuerpo como la cabeza", afirma la experta.

En cuanto al perfil de quienes más demandan este servicio, Carlos García, copropietario del centro Silban360 en Huesca, indica que se trata, en su mayoría, de mujeres -aunque no en una proporción muy superior a la de los hombres-, de entre 40 y 60 años y que ya habían realizado actividades físicas con anterioridad. "Encontramos a mucha gente que había probado durante un periodo de tiempo el gimnasio convencional pero no había tenido éxito", apunta.

"Económicamente tampoco es lo mismo, por eso te lo piensas dos veces a la hora de fallar o no ir al entrenamiento", remarca el experto, quien cifra la tasa de fracaso de estos planes por debajo del 5%. "La adherencia de los clientes a este servicio es mayor. Si metes en una coctelera sus objetivos, sus cualidades físicas, sus aptitudes y su historial clínico sale un entrenamiento mucho más adecuado que un estímulo genérico, hecho para cualquiera", subraya. Para García, "cada vez la gente está más concienciada de la necesidad de practicar alguna actividad física al menos dos días a la semana. Es una cosa rutinaria más, como comer o dormir. Antes solo hacía deporte el que le gustaba. Ahora hay gente que, a pesar de que le cuesta venir, sabe que le viene bien y que se va mejor de lo que ha llegado", asevera.

Una cuestión de salud

"Yo estoy especializado en temas de salud, como la pérdida de peso y la corrección postural. Por eso, el perfil de mis clientes es el de personas que quieren hacer ejercicio, el médico se lo ha recomendado, pero no saben por dónde empezar", cuenta Adrián Peralta, entrenador personal en Zaragoza, para quien es necesario desterrar el mito de que este servicio es inalcanzable para la mayoría de la población. "Tenemos la creencia de que un entrenador personal es solo para los famosos, pero no. Generalmente quienes vienen son gente trabajadora".

Además de las necesidades de los clientes, la pandemia también ha cambiado sus preferencias sobre dónde y cómo realizar los entrenamientos. "Ahora trabajo más al aire libre y a domicilio. Hacer deporte en exteriores tiene otros beneficios extra, como la vitamina D que se obtiene a través del sol, permite desconectar más y es más beneficioso para la salud mental", concluye Peralta.