La asociación Asperger Aragón inaugura su nueva sede en Zaragoza

La asociación Asperger y TGDs de Aragón ha inaugurado este sábado su nueva sede en el paseo de Longares, 30, bajo 1 y 2, de Zaragoza. Un cambio de localización que han llevado a cabo con el objetivo de disponer de más espacio para atender a las personas con este trastorno y a sus familias. El acto ha coincidido con el Día Internacional del Síndrome de Asperger, que se celebra cada 18 de febrero desde 2007, y a él han asistido numerosas familias de afectados por este síndrome, un trastorno del espectro del autismo que se caracteriza por determinadas dificultades en la utilización del lenguaje, en la comunicación y relación con otras personas.

El cociente intelectual de las personas con Asperger es completamente normal y con los apoyos adecuados pueden alcanzar una formación académica y un nivel de empleo similar al del resto.El presidente de la Asociación Asperger y TGDs de Aragón, Rafael Calvo, ha explicado que la finalidad de esta nueva sede es "ayudar a los chicos en terapias, grupos y todas las actividades que se realizan para todas la familias". Este nuevo espacio dispone de 50 metros cuadrados más y dos nuevas salas.

"Cada vez hay un mayor reconocimiento de este trastorno", ha constatado Calvo, lo que supone que existe mayor concienciación y también más personas identificadas que requieren una atención. Desde su asociación atienden a unas 280 familias en Zaragoza, 50 en Huesca y 30 en Teruel.

Pablo Latorre: "No comprenden que esto no lo he elegido yo"

En el caso de Pablo Latorre, de 34 años, los síntomas comenzaron cuando tenía solo cuatro, pero no le diagnosticaron hasta los 12. Dice que su enfermedad se traduce en barreras que cada día tiene que sortear. Sabe que el Asperger transmite de él una imagen errónea. "La gente que no entiende esto piensa que intento llamar la atención o que no me relaciono por dejadez, no comprenden que esto es una cosa que no he elegido yo", cuenta.

Como Latorre, las personas con Asperger tienen dificultades para relacionarse. Recomiendan acercarse a ellas con naturalidad y comprensión. "Se quieren relacionar, pero no saben cómo hacerlo. Están en un mundo con una fuerte sobrecarga social del que no saben descifrar sus códigos", indica Giovanna Falchi, coordinadora de Psicología de la asociación Asperger y TGDs Aragón.

Lo más duro, asegura Latorre, lo pasó en el colegio, donde sufrió acoso durante muchos años. Con esfuerzo y mucho apoyo consiguió licenciarse en Historia del Arte. Ahora, su mayor barrera es encontrar un trabajo. Por eso, piden que se reconozca una categoría propia con esta discapacidad que les facilite el acceso al empleo público. Demandan también que puedan participar en los programas de empleo con apoyo, un acompañamiento laboral con el que sí cuentan personas con otro tipo de discapacidad.