Isabel II: la reina que no estaba destinada a serlo

No estaba destinada a ser reina, pero ha sido la soberana británica que ha estado más años en el trono. Su padre accedió a él tras la abdicación de su hermano, Eduardo VIII. Pero su muerte prematura, convirtió el 2 de junio de 1953, a Isabel en reina a los 25 años. Ya estaba casada con Felipe de Edimburgo, con quien tuvo cuatro hijos. 

Monarca del Reino Unido y de otros 14 países de la Commonwealth, Isabel II fue la mejor embajadora de su país. Siempre neutral, fue testigo de excepción de la historia británica reciente: vivió guerras y crisis de gobierno y recibió y visitó a toda clase de mandatarios y personalidades. 

El terreno personal fue el que más quebraderos de cabeza le dio. Las separaciones de tres de sus hijos en medio de escándalos e infidelidades le llevaron a admitir que 1992 fue un ‘annus horribilis’, aseguró ella misma. 

Tras la muerte en 1997 de Diana de Gales, primera esposa del hoy rey Carlos, y ante la presión popular, abandonó sus vacaciones y se dirigió a la nación asegurando que 'Lady Di' “era excepcional”.

Entre los últimos escándalos que vivió, la relación del príncipe Andrés con una trama de pederastia o la huida de Harry y Meghan, con acusaciones de racismo incluida. Despidió a su marido en soledad, tras 73 años casados. 

Pero la institución jamás se tambaleó y la monarca celebró sus 70 años en el trono. Vestida siempre de llamativos colores, con sombrero y su inseparable bolso, Isabel II fue todo un símbolo y la única reina que ha conocido toda una generación de británicos.