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COVID-19

Un nuevo sistema diagnóstico para la COVID fiable, rápido y económico

Un proyecto del CSIC, en el que colaboran investigadores aragoneses, está desarrollando estos nuevos test para detectar la COVID y otros virus

ARAGON NOTICIAS /
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Un sistema de diagnóstico de la COVID-19 rápido (menos de 30 minutos), fiable y muy económico. El reto impulsado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) sigue dando pasos adelante tras casi dos años de investigación específica, alimentada por otros años anteriores de diferentes trabajos enfocados a objetivos como el hallazgo de marcadores tumorales, entre otras patologías.

El grupo de investigadores del CSIC, la Universidad de Barcelona y el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER), entre los que figura el doctor Jesús Martínez de la Fuente, del Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón (INMA), han unido sus esfuerzos para desarrollar unas sondas simples pero capaces de detectar el SARS-CoV2, la influenza y otros ARN virales respiratorios.

Sin necesidad de enviar las muestras a un laboratorio, como sí ocurre con la PCR, es una prueba a la que iguala en fiabilidad y mejora mucho en cuanto a tiempo de espera. Y cuenta, además, con un sensor que no alcanza el euro de coste. 

“Puede llegar a revolucionar los diagnósticos”, apunta Martínez de la Fuente. En breve, la espera de la llamada del centro de salud con el resultado positivo o negativo, o el desembolso que debe hacer quien opta por la vía privada podrían quedarse como cosa del pasado.

“Puede comercializarse como un dispositivo pequeño de fácil uso, económico (más asequible incluso que un test de antígenos) y de gran sensibilidad, pensado para grandes eventos, colegios, hospitales y centros de trabajo”, avanza el investigador del CSIC.  

La colaboración da sus frutos

El ingenio, financiado por el CSIC, tomó forma a partir de los trabajos llevados a cabo con unas partículas de materiales que se calientan mediante la irradiación con luz. 

De manera previa a la aparición de la COVID-19, el equipo de investigación de Martínez de la Fuente había estado desarrollando un sistema de biosensores para la detección del cáncer de próstata. “Gracias a la pandemia -según señala-, contactaron con varios equipos de trabajo como el de Ramón Eritja (Instituto de Química Avanzada de Cataluña)". 

“Se nos ocurrió que esa temperatura podría servir para realizar diagnósticos midiendo la diferencia entre distintos valores térmicos y la cantidad de analito (componente de interés analítico de una muestras) que deseábamos encontrar”, explica.  

La posterior combinación en las fases de ensayo de este sistema con los ácidos nucleicos desarrollados por los otros grupos de investigación demostraron ser, a juicio de Martínez, la “pareja perfecta” en distintos campos y “con unas oportunidades de aplicación infinitas”. 

El puzle que ahora tienen ante sí, protegido ya por una patente que cubre Estados Unidos, Europa, China, Japón e India, fue completándose con las muestras cedidas por el Biobanco del Sistema de Salud de Aragón (BSSA) y la fabricación del dispositivo a cargo de una empresa de ingeniería.

“El Biobanco nos ha facilitado muchísimo nuestra labor. Sin su ayuda no habríamos llegado hasta aquí porque resulta muy complicado conseguir muestras de calidad”, destaca.   

Recientemente, los diferentes grupos de trabajo dentro del proyecto ‘Point-of-care test for the rapid detection of SARS-CoV-2’ han hecho una recopilación de sus progresos durante un encuentro de tres días en el Centro de Ciencias de Benasque Pedro Pascual.  

Allí se han puesto al día sobre metodologías como la térmica PoC de flujo lateral con micropartículas, un biosensor electroquímico de PoC y los biochips fluorescentes, que se traducen en aplicaciones como la detección del positivo y la identificación de la etapa en la que se encuentra la infección, la respuesta inflamatoria producida por la COVID y la predicción de cómo va a evolucionar el paciente para poder planificar su potencial ingreso hospitalario. 

La ciencia al rescate

La urgencia de la pandemia ha impulsado, desde el primer momento, una investigación que el 22 de abril de 2020 se asomó al micrófono del programa Despierta Aragón, de Aragón Radio. Ese día, Martínez de la Fuente esbozaba los primeros pasos del proyecto mientras Salud Pública notificaba 18 fallecimientos en la Comunidad, en medio de una ola que cada jornada dejaba cifras luctuosas de dos dígitos. 

Eran semanas de prisas (así se transmite en la propia entrevista), de “búsqueda de soluciones desde la ciencia”, a la primera ausencia de equipos de protección individual y pruebas diagnósticas, a las esperas interminables al teléfono tratando de contactar con el centro de salud y, con el paso de las semanas, al posterior cuestionamiento sobre el grado de fiabilidad de las pruebas alternativas.  

Desabastecimiento en el laboratorio

Como en cualquier otro proyecto, no faltaron problemas en el camino, incluido el desabastecimiento de materiales de laboratorio. Pero ahora afrontan la piedra más grande, el conocido como el “valle de la muerte”, en el que una gran idea científica se asoma al abismo que la separa del mercado.   

“Buscamos empresas que industrialicen el dispositivo", explica el doctor Jesús Martínez. “Ahora estamos en un estadio en el que la parte de desarrollo tecnológico ya es menor y para el desarrollo industrial vendría muy bien una ayuda porque el sector privado considera que estamos todavía lejos, y para el público ya no desarrollamos tecnología", señala. "El desarrollo lo tenemos, pero necesitamos ese empujoncito económico”, reclama para un proyecto que continuará quemando etapas durante 2022.   

Audios

Entrevista a Jesús Martínez de la Fuente el 22 de abril de 2020 en el programa Despierta Aragón de Aragón Radio
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Entrevista a Jesús Martínez de la Fuente el 22 de abril de 2020 en el programa Despierta Aragón de Aragón Radio
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