La Guardia Civil de Huesca reduce 729 armas a chatarra

Un total de 729 armas de fuego y armas blancas, que se hallaban depositadas por diferentes motivos en la Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil de Huesca, han sido reducidas a chatarra. Una empresa siderúrgica ha sido la encargada de realizar la fundición, que se repite de manera periódica con el objetivo de destruir armas prohibidas o cuyos titulares han cesado el derecho a la tenencia y uso y no han sido adjudicadas en subastas.

Según informa el Instituto armado, entre las armas destruidas esta última vez había 535 escopetas, 10 rifles, 18 carabinas, 40 pistolas, 23 revólveres, 3 armas de avancarga, 23 armas de aire comprimido, 1 subfusil y 45 armas blancas. Utensilios cuyo uso legal requiere, según el Reglamento vigente, la carencia de antecedentes penales y la superación de pruebas teóricas y prácticas sobre su uso y manejo, entre otros requisitos.

En la provincia de Huesca existen más de 15.000 autorizaciones de diverso tipo para poder tener armas de fuego (armas para caza mayor, caza menor, tipo deportivo, seguridad privada, etc.), las cuales amparan más de 27.000 armas de fuego. Con la entrada en vigor el pasado 5 de noviembre de 2020 del real decreto por el que se modifica el Reglamento de Armas, la destrucción es el destino de las armas depositadas que pasado el plazo de un año no reciban ninguno de los destinos previstos en la norma (recuperación, enajenación, inutilización). No obstante, al haberse eliminado las subastas de armas, aquellas armas depositadas con anterioridad al 5 de noviembre de 2020 se regirán por la normativa anterior y serán subastadas durante el primer trimestre del próximo año 2022, en fecha aún por determinar. 

Este año, 229 armas de fuego se han quedado sin adjudicar en la subasta celebrada en la Comandancia en el pasado mes de mayo.