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RIADA

Incertidumbre en las localidades ribereñas ante la crecida del Ebro

Efectivos de la CHE, Bomberos de la Diputación y la UME se multiplican para reforzar las defensas ante la inminente llegada de la punta de la crecida

ARAGÓN NOTICIAS /
Imagen del río a su paso por Alcalá de Ebro (Zaragoza).
icono foto Imagen del río a su paso por Alcalá de Ebro (Zaragoza).

Las localidades ribereñas aragonesas viven este domingo con angustia y máxima preocupación las horas previas a la llegada inminente de la crecida del río Ebro ante las noticias que llegan desde Tudela, donde la altura no para de aumentar (alcanza ya los 6,08 metros, 23 centímetros más que la registrada en el episodio de 2015).


Los trabajos llevados a cabo por la UME se han sucedido durante toda la noche para reforzar las motas ya existentes y proteger los cascos urbanos. En Novillas, por ejemplo, donde el río ya alcanza los 8,9 metros de altura, el puente permanece cortado desde esta pasada noche, mientras efectivos de la CHE han estado trabajando para recrecer la mota con diez camiones que han estado acarreando tierra.

"Han mandado camiones para recrecer esa mota. Y el punto crítico de lo que va a depender que esto sea un desastre, que ya lo es, pero el punto en el que más tenemos que redoblar esfuerzos es en la mota de protección del pueblo", señalaba en la mañana de este domingo Abel Vera, alcalde de Novillas. Su concejal de Agricultura, Jorge Sofín, a horas de recibir la punta de la crecida, ha asegurado en el programa 'De puertas al campo' de Aragón Radio que el municipio está viviendo “las horas más críticas” por la “incertidumbre” que genera que el nivel del río siga creciendo en Tudela mientras la estación de Castejón ofrece unos datos que ha puesto en duda.

Alcalá de Ebro (Zaragoza).

De momento, Sofín ha estimado que “al menos de 800 hectáreas” ya han quedado anegadas por el sobrecaudal y ahora luchan por “salvar” dos explotaciones ganaderas en estado “bastante crítico”. Y, en cuanto al casco urbano, el concejal de Novillas ha mostrado su preocupación por el dique que lo protege. “De momento aguanta, pero no lo vemos muy alto, así que aquí estamos con personal de Sarga por ver si se puede reforzar”, ha explicado.

Desde primera hora de la mañana tanto por parte de Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) como de la Unidad Militar de Emergencias (UME) se trabaja en recrecer y reforzar toda la mota que protege al casco urbano. Hasta la localidad se han desplazado en la mañana de este domingo el presidente de Aragón, Javier Lambán, y la delegada del Gobierno, Rosa Serrano, quien ha mostrado su "preocupación" por el caudal con el que el Ebro puede llegar a Aragón. La delegada ha asegurado que "estamos preparados para lo peor".

"Teniendo en cuenta la referencia de Tudela, donde se han registrado 2.600 metros cúbicos y 6,11 metros, aquí todavía no alcanzaría a la crecida de 2015, pero la previsión es que la superemos, lamentablemente", ha indicado la delegada, quien ha señalado que "nos toca esperar y vivir minuto a minuto cómo llega y estar preparados".

"Estos de la UME la verdad es que hacen una faena que no se puede ni decir lo que hacen esta gente", señalaba un lugareño. "Yo estoy mala. Mi padre es pastor y todas las granjas están cogidas. Ayer tuvimos que sacar todos los corderos y llevárnoslos a Santa Engracia", indica una joven de la localidad. 

Aguas abajo, en Luceni, el caudal ya ha superado los ocho metros y en localidades como Alcalá de Ebro los bomberos continúan sacando animales de las fincas. Está previsto que a lo largo de la tarde la UME empiece a realizar ya labores de revisión en la Ribera Baja del Ebro. 

"La noche va a ser mala"

Francisco Gracia, agricultor y ganadero de Boquiñeni, asegura que la población vive “con el estómago en un puño porque el río nunca sabes por dónde va a romper”. La localidad ribereña aguarda al momento en que la punta llegue a la vecina Novillas para hacerse una idea de lo que viene.

Estamos muy nerviosos porque esta noche va a ser mala”, reconoce. Por mucho que se espere el episodio, el carácter impredecible del río los mantiene en vilo pese a reconocer que están mejor preparados que en el fatídico 2015.

“Si salta por un sitio, afectará el doble y si lo hace por otro, será la mitad. La experiencia nos dice que no nos hagamos muchas ideas porque el problema es que el río viene por donde no ha venido nunca”, advierte.

Hartazgo de los vecinos

En Gallur, el agricultor José Enrique Cuartero muestra su preocupación por un nivel del río que, antes de la llegada de la punta, ya le recuerda a la crecida de 2015. “Aquí tenemos el aporte del Arba y la medida de Castejón es muy diferente”, advierte.  

Las consecuencias ya las tiene claras: “Es una barbaridad otra vez, casi toda la huerta va a quedar inundada”, lamenta. Una situación reiterada cada poco tiempo frente a la que muestra su hastío. “Estamos hartos porque se repite tanto que parece que se quiera normalizar y esto no es normal porque las riadas cada vez vienen de manera más brusca y dañina”, explica.

Y expone los efectos que producirá: “Cuando esto se va, salen a la luz los ribazos desaparecidos y las motas rotas, daños en infraestructuras que hay que arreglar y no sabemos si la Administración va a ayudar en casos tan graves como este”, se teme. 

Alimenta ese enfado la inacción que denuncia de las autoridades ante el hecho de que el río “cada vez lamina más agua con menos caudal porque el cajón está sucio”.

Por ello no entiende que la CHE, la Administración y los propios agricultores no puedan reunirse para encontrar una solución. Y lanza un dardo a los ecologistas: “Ellos, que tanto se quejan, ahora me gustaría verlos aquí en la huerta de Gallur, pero igual, incluso, están durmiendo y no se preocupan por lo que aquí ocurre”, critica. 

Cabañas confía en que no afecte a su casco urbano

Desde Cabañas de Ebro, su alcalde, Pedro Sanz, de profesión agricultor, traslada la expectación de sus vecinos sobre la hora a la que finalmente pase la punta de la crecida y el caudal que realmente arrastre.

En caso de que se cumpla la previsión de los 2.750 metros cúbicos por segundo, estima que pueden verse afectadas unas 80 hectáreas de cereal y alfalfa además de inundar varios campos de choperas, una vez que este sábado los bomberos de la Diputación de Zaragoza rescataron a un grupo de terneros que habían quedado aislados en una finca.

Por último, Sanz confía en que la crecida no afecte al casco urbano. “Si realmente es como la de 2015, esperemos que no afecte. Entonces lo salvamos y ahora estamos mucho mejor preparados”, considera.

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El programa 'De puertas al campo', de Aragón Radio, entrevista a los protagonistas de las localidades afectadas.
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