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HUESCA

Festival Redoladas: pueblos pequeños con grandes historias

El objetivo de esta primera edición es llevar actos culturales a los barrios rurales de la capital oscense

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Mural en honor a Agustín Alamán en Tabernas de Isuela, Huesca.

Los pueblos pequeños también pueden contar grandes historias. Como altavoz a esta idea, el Festival Redoladas en Huesca pretende poner en valor a los barrios rurales de la capital trasladando hasta ellos actos culturales. Este fin de semana, se celebra la primera edición en Tabernas de Isuela con la presentación de un mural en honor al pintor y escultor oscense Agustín Alamán.

Todos los vecinos han colaborado en la elaboración del lienzo, especialmente los más pequeños, aunque realmente pertenece a la pintora María Maza. Ella lo ha creado con el objetivo de "recoger la figura de Alamán, resaltar su importancia e interesar a la gente". Y es que, aunque el artista y vecino oscense Agustín Alamán ha cosechado grandes éxitos en Uruguay, es prácticamente desconocido en su tierra. "Nos tiene que llenar de orgullo a los aragoneses que haya gente como Agustín Alamán. ¿Cuántos más habrá que no están reconocidos?", pregunta al aire Maza. A partir de este sábado el mural presidirá el centro social de Tabernas de Isuela, donde Alamán nació hace un siglo.

El organizador del Festival Redoladas, Pablo Pérez, por su parte, valora la iniciativa como un potencial dinamizador de las pequeñas poblaciones. "Yo creo que en el medio rural no solamente es necesario cubrir las necesidades más básicas de Sanidad, carreteras e Internet, qué también, sino que haya estímulos suficientes para que se cree una sociedad más abierta y más dinámica que quiera poblar estos espacios", explica.

Agustín Alamán, artista autodidacta y anarquista

El artista oscense Agustín Alamán nació en 1921 en la pedanía de Tabernas de Isuela, en Huesca. Era un pintor autodidacta y anarquista. Su vida, marcada por la Guerra Civil, con varios familiares fusilados, se desfiguró en 1938 cuando tuvo que huir a Francia. Allí comenzó su carrera artística, pero el éxito le llegó en Uruguay donde vivió exiliado hasta 1970, cuando regresó a España.

Alamán ganó numerosos premios, realizó decenas de exposiciones y movió sus obras por países como Argentina, Uruguay, Perú, Colombia o Brasil. Una vez en España, se asentó en Madrid, donde finalmente murió en el anonimato en 1996.