¿Estamos ante el fin de los vuelos de bajo coste?

La escalada de precios que se vive a nivel mundial también afecta a las aerolíneas de bajo coste, las cuales ya han anunciado el aumento del precio de los billetes, al menos, durante una larga temporada. Ryanair, compañía líder en España por tráfico de pasajeros, dejará de ofertar vuelos por diez o menos euros "durante unos años". Pero, ¿significa eso el fin de los vuelos baratos? 

Mikel Alcázar, periodista experto en aviación y director del podcast Aerovía, cree que se trata de algo coyuntural: "Es evidente que, con la elevada inflación, no vamos a ver precios tan bajos como justo antes de la pandemia. Pero eso pasa con todo, no solo con los billetes de transporte aéreo. Hay que tener en cuenta que el mayor gasto operativo de las compañías aéreas es el combustible y, por eso, es razonable que la escalada de sus precios tenga un reflejo evidente en los precios que ofrecen las compañías en sus billetes".

En cualquier caso, Alcázar considera que las compañías 'low cost' siguen y seguirán ofreciendo un producto competitivo para el bolsillo de millones de personas: "Estas aerolíneas se diferencian por ofrecer precios más bajos que las compañías convencionales, y esa gran diferencia se explica por sus distintas estructuras de coste. Están diseñadas para exprimir al máximo la operación de cada avión, algo que tienen impregnado en su ADN y que se observa en cada uno de los ámbitos de la aerolínea: salarios de sus empleados, selección de flota, rutas, tiempos de escala, procesos de contratación...". 

Por su parte, el presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Aragón, Jorge Moncada, indica que el precio de los billetes de las compañías de bajo coste puede ser muy variado: "Estas empresas no tienen por qué vender todos sus billetes de avión a un precio determinado de 10, 15 o 25 euros. Es más, en muchas ocasiones te puedes encontrar con precios disparatados que no se diferencian de los de otras compañías bandera de cada país".

Fin de los billetes a diez euros

El principal impulsor de los vuelos de bajo coste en Europa, Michael O'Leary, consejero delegado de Ryanair, anunció este verano el fin de los billetes de la compañía a diez euros o menos y afirmaba que no se volverán a ver "en unos años". El motivo de este cambio para O'Leary es el aumento del coste del combustible, que está haciendo "subir" las tarifas aéreas.

El consejero delegado de Ryanair prevé que la tarifa aérea media de la aerolínea aumentará diez euros, ya que pasará desde los 40 euros hasta los 50 euros en los próximos cinco años. A su juicio, es “absurdo” que un viaje en avión cueste menos que en tren, además de “poco sostenible” en un contexto de subidas de precios y de mayores exigencias medioambientales. 

Precisamente, esta compañía anunció hace unos días su programación de invierno desde Zaragoza con nueve rutas, incluyendo un nuevo destino a la ciudad italiana de Venecia. Los billetes de estos vuelos han salido a la venta por un precio mínimo de 24,99 euros por trayecto, para viajar entre octubre de 2022 y marzo de 2023. "Estos precios se deben a una estrategia de venta sin importar su nombre 'low', que significa bajo. Solo depende de la oferta y la demanda de cada vuelo", detalla el presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Aragón. 

Vuelos con fuerte demanda

En cualquier caso, la demanda de los vuelos baratos parece que seguirá existiendo. "Hasta hace poco era posible encontrar vuelos de ida y vuelta por cantidades irrisorias. Con el tiempo, los precios de aquellas ofertas comerciales han aumentado notablemente y, sin embargo, las compañías aéreas de bajo coste siguieron operando y, de hecho, en la actualidad son las responsables de transportar a una amplia mayoría de los pasajeros en países como España", sostiene Mikel Alcázar, y apunta a que eso se debe "a que siguen ofreciendo un producto competitivo para el bolsillo de millones de personas".

El experto resalta al mismo tiempo que las compañías aéreas se han visto "muy golpeadas" por la caída en el número de pasajeros durante la pandemia. "Casi todas tuvieron que endeudarse para salir adelante y, por eso, a medida que se fue reactivando el mercado pudimos ver precios muy competitivos, básicamente porque las aerolíneas necesitaban hacer caja para afrontar sus pagos e ir equilibrando sus cuentas", explica.

Alcázar considera que los próximos meses pueden resultar complicados: "Ahora nos encaminamos al otoño-invierno, la época más difícil para las aerolíneas en Europa, y todavía hay gran incertidumbre: qué va a pasar con el COVID-19, la guerra de Ucrania, la posibilidad de una recesión, los conflictos laborales... Todo ello influye para que las compañías sean más conservadoras mirando hacia adelante".

Pese a todo, este experto cree que los vuelos de bajo coste "seguramente no serán tan baratos si la inflación se mantiene en estos niveles, pero siempre habrá compañías aéreas de bajo coste que ofrecerán vuelos más asequibles".