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PREMIOS GABO

Las mujeres mineras de Escucha cruzan el Atlántico

La aragonesa Berta Jiménez Luesma está entre los diez nominados a uno de los galardones más importantes de periodismo narrativo iberoamericano

ALIZIA BEGUÉ /
Mural de Escucha que ilustra el reportaje "El tajo fuera de escena".
icono foto Mural de Escucha que ilustra el reportaje "El tajo fuera de escena".

"Esta es una crónica sobre lo oculto: mujeres y minería en Escucha, Teruel". Así comienza 'El tajo fuera de escena', un reportaje de la periodista zaragozana Berta Jiménez Luesma que ha sido nominada en la categoría de 'Textos' a los Premios de la Fundación Gabo, considerado el más importante del periodismo narrativo de Iberoamérica. Berta J. Luesma, como firma sus artículos, consigue así, no solo un reconocimiento a su labor en este nicho del periodismo, al que se lleva dedicando seis años, sino que sitúa en el mapa a Teruel, a sus zonas mineras y a sus mujeres.

“Cuando recibí el 'email' que decía que mi texto estaba nominado fue totalmente inesperado”, asegura Berta, que terminó sus estudios de Periodismo en la Universidad de Zaragoza en 2014 y desde entonces colabora con publicaciones como 'Pikara', 'Altaïr Magacine', 'Arainfo' o 'El Salto'. Este texto se engloba en el proyecto de investigación 'Ellas son Campo', en el que la periodista María Ángulo, colaboradora del reportaje, está involucrada. “Pensé en una historia de mujeres mineras porque de mineros se ha hablado mucho pero no de mineras”, explica Berta. 

Trabajos sumergidos pero necesarios

“Todos me decían que no había mujeres mineras, que quizá habría alguna hace mucho años, cuando las minas eran más pequeñas, no grandes explotaciones y era como una tarea doméstica más”, explica la periodista. Sin embargo, Agustín Sanz, de la Asociación Cultural por la Conservación del Patrimonio Minero de Escucha (Accpame), le dio la clave: las mujeres eran un pilar fundamental en aquel entonces. Berta siguió ese hilo y en 'El tajo fuera de escena' pone de manifiesto la relevancia de las mujeres en las labores vinculadas a la mina -aunque no fueran ellas las que picaban- a través de las voces de tres generaciones de vecinas: "Trabajos sumergidos, pero necesarios para que la mina saliese adelante", afirma.

Los diferentes testimonios recogidos narran cómo las mujeres se encargaban de tareas como “respigar carbón”, es decir, ir a la escombrera y buscar, entre lo que ya se ha desechado, trozos pequeños de carbón que se utilizaban bien para calentarse o bien venderlo. Esta era una práctica, entre otras, a la que habitualmente tenían que recurrir las mujeres que quedaban viudas (por ejemplo por un accidente de su marido en la mina) con varios hijos a su cargo. Ellas también hacían de “aguadoras” hasta el lugar donde los hombres trabajaban, cortaban carreteras y quemaban neumáticos en las huelgas mineras o se encargaban de limpiar la persistente mezcla de polvo, carbón y tierra de la piel de los mineros.

A través de las voces de diferentes mujeres -algunas de ellas miembros de la Asociación de Mujeres de Escucha- la periodista hace un retrato de la localidad en la época, con la llegada de inmigración del sur de España para trabajar en la mina, la falta de infraestructura para acogerlos, la discriminación que sufrían “como pasa ahora con los inmigrantes", como reflexiona Rosario, que llegó a Escucha desde Córdoba con seis años. Refleja el miedo de las mujeres a que sus maridos, hermanos o hijos -habitualmente casi todos los varones trabajaban en la mina- hubieran sufrido un accidente si tardaban en regresar a casa más de lo previsto. Y muestra esa relación de amor odio con la mina, "por lo que les ha dado en términos de identidad", pero también "la pena de que se cerrara sin un plan B para los trabajadores de la zona" y el alivio de que "sus hijos no se dediquen a eso". 

"Una cosa curiosa es que antes ninguna mujer bajaba a la mina y ahora casi todos los trabajadores y guías del Museo Minero son mujeres, reflexiona la periodista. Es un cambio muy poético y curioso". Se trata de uno de los pocos museos mineros que está situado en el interior de una mina auténtica, acondicionada para su visita. 

Ellas son campo

'El tajo fuera de escena' se engloba dentro del proyecto de investigación “Ellas son campo”, un estudio de la situación del mundo rural aragonés desde una perspectiva de género, financiado por el Gobierno de Aragón y subvencionado por el Pacto de Estado contra la Violencia de Género cuya directora es Mª Luz Hernández Navarro. El artículo fue publicado este mes de julio en la revista  'Pikara Magazine'.