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AGRICULTURA

El trabajo de los agricultores del Matarraña recupera una variedad de judía próxima a la desaparición

El fesol de Beceite, un tipo de judía blanca, es protagonista de numerosas recetas de la zona. Sus semillas se guardan como variedad de conservación para garantizar su pervivencia

A. MORA /
icono foto Fesoles de Beceite, tras su recogida.

El fesol, una variedad de judía blanca, comenzó a cultivarse hace más de cien años en el Matarraña y hace cinco décadas se producían 12 toneladas al año. Su importancia se pone de manifiesto con su presencia en numerosas recetas de la zona. Sin embargo, la progresiva jubilación de los agricultores que lo trabajaban estuvo a punto de hacerlo desaparecer a comienzos de este siglo, algo de lo que se percataron varios restaurantes, que vieron cómo se reducía la cantidad de estas legumbres a la que podían acceder y acabaron dando la voz de alarma.

Varios agricultores recogieron el testigo y volvieron a sembrar esta legumbre identitaria de la zona. En los últimos cinco años se ha doblado el número de productores y su producción ha alcanzado los 2.000 kilos. Además, en 2018 la semilla del fesol se depositó en la Red de Semilleros de Aragón para su conservación, y el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) estudió esta legumbre y determinó que tiene una calidad gastronómica extraordinaria.

El estudio concluyó también que el tipo de suelo de Beceite, suelto, permeable y a los pies de una sierra caliza, junto con la composición y temperatura del agua de los ríos Algás y Matarraña, son decisivas para otorgarle sus cualidades organolépticas.

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