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FEBRERO 2020

El pistolero del bar 'El Cubetazo' de Delicias acepta siete años de prisión

El acusado, para el que la Fiscalía solicitaba 11 años, reconoce que disparó en el interior del establecimiento e hirió a un cliente en la cabeza

ARAGÓN NOTICIAS/AGENCIAS /
Bar El Cubetazo, en Delicias.
icono foto Bar El Cubetazo, en Delicias.

Pablo Fernández Bustos cumplirá finalmente una condena de siete años de prisión por abrir fuego el 9 de febrero de 2020 en el interior del bar 'El Cubetazo', en el barrio zaragozano de Delicias, y herir de gravedad en la cabeza a uno de los 30 clientes que se encontraban allí en ese momento.

El acusado se enfrentaba este lunes, en el banquillo de la Audiencia de Zaragoza, a una solicitud de la Fiscalía de 11 años de prisión en total por un segundo delito de tenencia ilícita de armas tras el arsenal hallado por la Policía Nacional durante el registro de su domicilio.

Pese a ello, su abogada Carmen Sánchez, ha alcanzado un acuerdo con la parte de la acusación particular, representada por el letrado José Cabrejas, y el Ministerio Fiscal, por el que reconoce los delitos de tentativa de homicidio y tenencia ilícita de armas y acepta las penas privativas de libertad de cinco y dos años que llevan respectivamente aparejadas, así como el pago a la víctima de 25.000 euros en concepto de responsabilidad civil, siete años de alejamiento y otros siete de prohibición de portar armas. 

El acusado pedía su cazadora

En su relato de hechos, el fiscal destaca que sobre las 07.30 horas de la mañana del 9 de febrero de 2020, el procesado abandonó el bar 'El Cubetazo' tras tomar varias consumiciones y quejarse de que le habían robado su cazadora. Unos 20 minutos más tarde, el hombre regresó al establecimiento con un revólver y una pistola, ambas de la marca Zoraki, y exigió la devolución de su cazadora, al tiempo que esgrimía sus armas ante los alrededor de 30 clientes que se encontraban en su interior.

El ministerio público destaca en su acusación que el acusado disparó al falso techo y a la barra del establecimiento, donde apuntó previamente a la propietaria del local para intimidarla. En ese momento, varios clientes del bar se abalanzaron sobre el procesado para reducirlo, aunque antes de conseguirlo, un joven de 28 años que en ese momento salía del cuarto de baño del establecimiento, sufrió una herida superficial en su cabeza por el roce de una bala, lo que le provocó secuelas por estrés postraumático.

Por la defensa, la letrada Carmen Sánchez ha reconocido "la buena voluntad" de las partes para alcanzar un acuerdo y ha trasladado que su defendido asume lo sucedido "y está deseando comenzar cuanto antes para poder salir de permiso a partir del cumplimiento de la cuarta parte de la condena". Desde la acusación particular, el abogado José Cabrejas ha mostrado su satisfacción "porque el acusado reconoce los hechos y la pena es acorde a la gravedad de lo sucedido" y ha destacado que su cliente todavía no se ha podido recuperar de las secuelas psicológicas, por las que sigue en tratamiento, puesto que, según ha recordado "no murió por milímetros".