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DONACIÓN UNIVERSAL

El número de nuevos donantes de médula se reduce un 21% en Aragón en el año de la pandemia

En la Comunidad hay más de 8.300 donantes de médula activos, frente a los 1.100 de hace una década

ARAGÓN NOTICIAS /

El llamamiento a la donación de médula derivado del caso de Marco, un niño de Jaca de tres años, pone sobre la mesa la importancia de este tratamiento para salvar a muchos pacientes que padecen leucemia y otras enfermedades de la sangre. En Aragón, había 8.366 donantes de médula activos al acabar 2020, de los que 368 se habían incorporado en ese año, según los últimos datos de la Fundación Josep Carreras, responsable del registro de donantes de médula en nuestro país. Supone un descenso del 21%, respecto a las cifras 2019. Lo que se puede explicar, en gran medida, por las restricciones asociadas al confinamiento y la pandemia. En los últimos diez años, el número de donantes se ha multiplicado por ocho.

La médula ósea es un tejido esponjoso presente dentro de algunos de nuestros huesos y donde se fabrican las células madre sanguíneas. Ahí es donde la donación se convierte en algo crucial. Y por eso, si decidimos ser donantes, hemos de saber que es un acto universal, de generosidad y, sobre todo, de compromiso, al que se acercaba este sábado el programa Objetivo de Aragón TV. 

Hay procesos que a veces es mejor explicarlos por el final. Germán fue trasplantado de médula ósea hace tan solo un año y tres meses. De su donante, sólo sabe que es español y joven: uno de los casi 38 millones que existen registrados en el mundo. Su decisión, anónima y universal, le salvó la vida a Germán: "Al final puedo estar donde estoy porque esas células viven en mí, que son suyas y el poder ver que he retomado mi vida...No sé cómo explicarlo, pero es que me emociona". "Alguna vez, yo solo, me echo a llorar simplemente emocionado pensando que no estaría aquí si no fuera por él", cuenta Germán sin disimular su emoción.

Practica deporte, está a punto de acabar el grado universitario de Psicología y ha podido retomar una vida que se interrumpió cuando tenía 20 años. El diagnóstico le llegó al volver de un viaje por Europa: "Piensas que dentro de unas semanas te vas a ir a no sé dónde, vas a seguir estudiando, pero no, al día siguiente tienes que ingresar. Yo al final estuve un mes y medio, pero fueron muchos ingresos. Toda tu vida se centra en la enfermedad". Su trasplante, de persona anónima no emparentada, se realizó en el hospital público Marqués de Valdecilla en Santander, referente en este tipo de intervenciones. Gracias a ello puede pensar en nuevos viajes. "Planeo este verano haciendo autostop ir por Europa. Me gustaría llegar a Turquía", relata.

Donación familiar

En tres de cada cuatro casos el donante es anónimo por la dificultad de encontrar una persona compatible genéticamente, pero no siempre es así. Marta fue donante de su hermano José hace 14 años. En su caso fue una donación por aféresis, sencilla y sin intervención. Para ello tuvo que inyectarse un factor de crecimiento cuatro días antes, explica Marta: "Una vez que has generado esas células madre, te toman una muestra en el hospital para ver si has generado suficientes y a continuación pasas a la máquina, que lo que hace es filtrar y obtener esas células madre mediante un pinchazo en ambos brazos". Es un procedimiento muy sencillo, asegura Marta: "Yo estaba sentada en un sillón y este caso pasaron aproximadamente tres horas hasta que tuve la cantidad suficiente como para trasfundir a mi hermano. En mi caso da muchísima satisfacción el pensar que he podido hablar que mi hermano sigue viviendo, todo donante tiene que pensar en eso, que realmente estás ayudando a que otra persona viva".

Ahora José, su hermano, es el presidente de la asociación Dona Médula en Aragón. Impulsan campañas, dan charlas y buscan registrar nuevos donantes entre los más jóvenes: "Empezamos desde los bachilleres y ahí lo que intentamos es hablarles de valores como la solidaridad y el altruismo, pero a partir de ciclos formativos y de universidad lo que intentamos es que se registren como 329 donantes"

Registro de donantes

¿Cuáles son los primeros pasos para entrar en el registro de donantes? Hay que tener entre 18 y 40 años, estar sano y leer y firmar toda la documentación disponible en la Fundación Josep Carreras. Por último, es necesario contactar con el centro de referencia, que en el caso de Aragón es el Banco de Sangre y Tejidos. Allí se toman muestras de sangre y se procede a un análisis llamado tipaje HL. Después, el responsable de inmunomatología introduce esos datos en la base de datos del registro de donantes de médula.

Este proceso lo conoce bien José María Morera, director médico del Banco de Sangre y Tejidos de Aragón: "Uno se da de alta porque conoce al alguien, pero pasa el tiempo al cabo de uno o dos años, lo llaman porque un paciente lo necesita en otro lugar y el donante prácticamente se olvida de que se había inscrito en el registro. Eso es importante tenerlo en cuenta porque, insisto, no olvidemos que hay un paciente en otro lugar del mundo que está esperando que demos un paso adelante".



No es lo mismo estar en el registro que ser donante, ni todas las donaciones son del mismo tipo. Si nos llaman, hemos de acudir a los hospitales de referencia. El proceso lo explica Pilar Delgado, jefa de servicio de Hematología del hospital Miguel Servet. "El donante viene a la sala de aféresis, se le canalizan vías: una de salida y otra de entrada y se le conecta a una máquina de estas características en la que la sangre sale, la centrifuga y así extraemos la parte que nos interesa, que en este caso son las células madre". 

La consecuencia de la donación de médula es el trasplante. Desde hace unos años el de tipo haploidéntico abre un nuevo camino, indica Pilar Delgado: "Nos permite vencer una barrera inmunológica importantísima en el trasplante, que es lo que se llama sistema HLA". "Es una especie de código de barras que tenemos las personas. Ahora, respetando menos ese HLA y con unos tratamientos inmunomoduladores, se ha conseguido que no se produzca tan fuerte y permite abrir el abanico a la hora de encontrar donantes", explica.

El caso de Marco

El pequeño Marco, de tres años, padece una leucemia linfoblástica de tipo B. Como muchos enfermos, ha tenido una recaída. Desde Jaca y también a través de las redes sociales se ha impulsado una campaña para buscar un donante compatible. "Lo primero que me gustaría es que la gente se pusiera en nuestra piel un poco: hace dos años le diagnostican a tu hijo una leucemia y se te viene el mundo encima porque lo que tú quieres es estar con él. Cuando todo el mundo ha andado ese camino y ha conseguido la curación, tú piensas que también va a ser, pero luego hay una segunda recaída y las opciones son aun más difíciles", cuenta Felipe Ledo, padre de Marco. "En este caso el trasplante de médula no quiero enfocarlo a mi hijo Marco, lo que quiero es que con una pequeña opción, que es el trasplante de médula, podemos salvar una vida, no la de mi hijo", añade.

Sea cual sea  la motivación, estar inscrito en el registro como donante implica ayudar a una persona en cualquier momento y en cualquier punto del planeta. Supone compromiso y responsabilidad. Al fin y al cabo, se trata de algo tan importante como la vida misma.