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PARÁSITOS

Vuelven los piojos con el inicio de curso y la vuelta a la normalidad

La pediculosis se contuvo debido al distanciamiento social, pero ha llegado otra vez a las aulas. Revisar las cabezas de los pequeños y actuar rápido son las claves para tratarlos

ARAGÓN NOTICIAS /
Un niño se rasca la cabeza con desesperación. / Canva
icono foto Un niño se rasca la cabeza con desesperación. / Canva

Con el inicio de curso vuelven también los compañeros menos deseados: los piojos. Las infestaciones de estos parásitos (o pediculosis) se redujeron en los dos últimos cursos escolares debido a la distancia social obligada por la COVID-19, pero ahora con el inicio de curso de la vuelta a la normalidad muchas consultas de pediatría están observando un repunte. 

Teresa Cenarro, vicepresidenta Asociación Nacional de Pediatría y Atención Primaria y miembro de la junta directiva de la Asociación aragonesa, lo confirma. Y añade: "Los piojos de la cabeza no trasmiten enfermedades, lo que producen es picor que pueden producir lesiones por rascados o posibles erosiones en el cuero cabelludo". 

Más allá de la molestia que suponen para quien los sufre, es un tema que causa cierta vergüenza y muchas veces se oculta, sin embargo Cenarro subraya que no tienen "nada que ver" con la higiene. "Les gusta el calor por lo que suelen afectar más a cabellos largos, y por esta razón se suelen acumular en partes como detrás de las orejas y la nuca", explica la pediatra. Es habitual que en esos lugares se acumulen las liendres, es decir, los huevos que ponen estos parásitos y con los que se reproducen.

"El primer caso surgió al primer mes de empezar el colegio en primero de infantil", indica Carmen Loshuertos, madre de dos niños de 5 y 6 años, que todavía recuerda este episodio con angustia. "Erradicarlos fue una tortura porque aquello era una invasión, se habían hechos fuertes en el puesto. Empecé comprando un producto en la farmacia, ese en concreto no funcionó completamente por lo que rematé con el modo tradicional: vinagre. Tras varias aplicaciones, ¡lo conseguí! Había transcurrido un mes y medio aproximadamente". 

En la familia Chueca también han sufrido esta experiencia. "Es habitual que cada trimestre recibamos al menos una o dos notificaciones de que hay piojos en clase. Te recomiendan que revises las cabezas de tus hijos y que, si sabes que tiene, no le lleves al colegio hasta que le hayas hecho el tratamiento. Creo que todas las familias con niños en edad escolar tenemos más de una liendrera en casa", explica Lorién Chueca, padre de dos niñas de 9 y 12 años. 

Como Loshuertos, Chueca reconoce que no es una experiencia agradable: "Mi hija mayor ha cogido más piojos que la pequeña, supongo que por el tipo de pelo. Cuando mandaron la nota del colegio, la revisé y fue horroroso. Estuve un montón de rato quitándole piojos y me los llegó a pegar hasta a mi mujer y a mí, que no recordábamos ni haber tenido de pequeños". 

Prevención y tratamiento

"Los piojos ni saltan ni vuelan. Lo más frecuente es que se contagien con el contacto cabeza con cabeza, pero también a través de objetos como peines o gorros", asegura Cenarro. "La mejor prevención es revisar la cabeza de los niños en época escolar y en cuanto se encuentre el primero iniciar el tratamiento. Hay muchos, los más usados son las permetrinas pero también hay otros tipo siliconas. Hay que seguir muy bien las instrucciones y muchas veces repetir una semana después para cumplir el ciclo del piojo. Ningún productos elimina al 100% los huevos, por lo que una vez aplicado hay que pasar la lendrera para eliminarlos y que no se reproduzcan", añade.

"Para prevenirlos recomendamos un champú que contiene árbol de té y en cuanto aparece el piojo en el pelo hay que comprar el tratamiento específico en la farmacia", indica Laura Morales, peluquera en el centro Leonardo de la capital aragonesa. "Una vez hecho el tratamiento, hay que pasar la liendrera al menos durante una semana entera, pero sobre todo hacerlo bien el primer día, porque una liendre puede estar hasta 30 días en el pelo", asegura esta profesional, que lleva 16 años en la industria. Esta detalla que el contagio es "muy fácil" y asegura que cuanto más limpio está el pelo, más se contagia. 

Morales indica que algunos padres acuden a las peluquerías esperando que les quiten allí a estos molestos 'visitantes': "Hay padres y madres que vienen pretendiendo que los quitemos con un champú y lo que tienen que hacer es quitarlos con el tratamiento que se vende en farmacias. No se puede venir a la peluquería con piojos porque hay que desinfectar todas las herramientas y nos los pueden pegar a nosotros". 

En el caso de Loshuertos, probó varias marcas de productos para acabar con ellos hasta que encontró un desenredante con el que parece que los está logrando evitar. "Para prevenir, utilizaba el consabido árbol de té, que funcionaba pero no al 100%. Consigues que cojan menos piojos, pero cogen también. Con este desenredante les peino todos los días que tienen colegio y no han vuelto a tener ni uno. Todo el curso anterior sin piojos y espero que este curso siga así". 

"En cualquier caso, el uso de la liendrera es esencial, al menos pasarla concienzudamente una vez a la semana debería ser habitual", recomienda Loshuertos. En el caso de Chueca, en casa también suelen vigilar la aparición de estos desagradables 'compañeros' de clase: "Cada cierto tiempo, les reviso la cabeza para ver si tienen. Y si hay, pues a la farmacia a por el tratamiento y a repetirlo según indica en el prospecto". 

Loshuertos lanza un mensaje para quienes (todavía) no estén acostumbrados a lidiar con estos 'habitantes': "¿Cómo enfrentarse por primera vez? Respirar profundamente y atacar con constancia y sin desesperar. Y no dramatizar. Es repugnante, pero nos pasa absolutamente a todos y no significa que no atiendas a tus hijos debidamente. ¡Ánimo! ¡Se sale!".