El hotel de la Estación de Canfranc ha recibido este viernes a sus primeros huéspedes

El hotel de lujo que ocupa el edificio histórico de la estación internacional de Canfranc ha abierto sus puertas este viernes, y aloja ya a los primeros clientes, aunque la inauguración oficial se celebrará dentro de unas semanas. Una de las primeras huéspedes confesaba que cuando se enteró, en el mes de noviembre, de que iba a abrir, se apresuró a reservar una habitación. "Queríamos estar el día de la inauguración, y estrenar camas, toallas, baños...", ha explicado.

Otro de esos primeros clientes aseguraba que tenía dos motivos para ir este viernes al nuevo hotel. "Venimos por dos  circunstancias, primero porque nos encanta el hotel y sobre todo porque queríamos recrear una cosa muy importante para nosotros dos y es que nos casamos en este  vestíbulo", apuntaba.

El Hotel Canfranc Estación, A Royal Hideway Hotel, que así se llama, tiene categoría de cinco estrellas y está gestionado por el grupo Barceló, empresa el adjudicataria de la explotación del edificio, que es de titularidad pública. El consejero de Vertebración del Territorio, José Luis Soro, ha recordado que la apertura de este hotel  es el último hito previsto en el proyecto puesto en marcha en 2016 por el Ejecutivo regional con la finalidad de preservar el "alma ferroviaria" de Canfranc y crear al mismo tiempo la oportunidad de generar desarrollo económico y social en el valle del Aragón, además de poder reabrir la línea ferroviaria internacional.

“Lo que hemos hecho en Canfranc ha sido una apuesta del Gobierno de Aragón y del Ayuntamiento. No garantiza la reapertura pero ayuda muchísimo", ha asegurado. “Hemos demostrado que era posible, que nos atrevíamos, hemos dado un paso de gigante, todavía queda mucho, y en eso seguiremos trabajando en la próxima legislatura”, ha añadido el consejero.

El nuevo hotel cuenta con 104 habitaciones, un restaurante con una carta con platos creativos, que no olvidan las antiguas recetas aragonesas, y un spa. Su decoración está inspirada en el espíritu del ferrocarril de principios del siglo XX, igual que el vestíbulo, que está abierto al público, para quien quiera visitarlo.

La rehabilitación de este edificio histórico, diseñado por Ramírez de Dampierre, ha supuesto una inversión de 15,7 millones de euros. Los trabajos han respetado sus características, aunque dotando a las instalaciones de las innovaciones tecnológicas y la eficiencia energética que se requieren en el siglo XXI.