El glaciar de la Maladeta pierde un 64% de su superficie en treinta años

El glaciar de la Maladeta, en el Pirineo Aragonés, ha perdido un 64% de su superficie en los últimos treinta años, al pasar en este periodo de tiempo de un total de 50 hectáreas a poco más de 18, a causa de los efectos del cambio climático. Es una de las conclusiones del balance anual realizado por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) referido al año hidrológico 2020-2021, uno de los peores de toda la serie desde 1991 en cuanto a la pérdida de espesor y de disminución de la superficie de este glaciar.

Según informa el organismo de cuenca, en los dos últimos años han aparecido gran cantidad de grietas en la parte superior del glaciar de la Maladeta, algunas de "considerable" anchura y profundidad. Destacan los autores del informe que la línea de equilibrio, que separa las zonas de acumulación y de pérdida, se sitúa por encima de la parte más alta del glaciar (cota superior a los 3.200 metros de altitud), lo que, a su juicio, significa que el balance de masa glaciar es negativo y se encuentra en retroceso. 

"Pueden quedar, luego, neveros y heleros, como ya hay en los Pirineos, pero es uno de los glaciales más meridionales de Europa. Es un indicador evidente del cambio climático", afirma la jefa Hidrología y Cauces de la CHE, María Luisa Moreno.

En concreto, el balance de masa indica una pérdida en el ejercicio 2020-2021 de 1.939 milímetros agua, el segundo peor año de la serie, y muy lejos de la medida de 738 milímetros de media anual de pérdida de las tres últimas décadas. Además, el espesor de la masa de hielo se ha reducido en este ejercicio en 223 centímetros frente los 24 del anterior, llegando a casi tres metros en el frente del glaciar.

El espesor medio perdido desde el inicio de la serie analizada por la CHE es de 25 metros, una pérdida que asciende a 50 metros en el frente del glaciar. La acumulación medida en el año hidrológico 2020-2021 es de 1.472 milímetros de agua, el cuarto peor año de la serie, mientras que la pérdida se cifra en 3.411 milímetros, el sexto peor ejercicio de los medidos.