El Centro de Solidaridad cumple 25 años ayudando a superar las adicciones al alcohol y las drogas

El consumo de alcohol y drogas ha aumentado con la pandemia por COVID-19. Son sustancias que generan adicción, pero para las que hay salida. De buscarla se encargan unidades como el Centro de Solidaridad de Huesca, que lleva 25 años ayudando a personas con estos problemas. En total, ya ha atendido a más de 5.000 usuarios, de los que 300 han sido asistidos en el último año. 

Carmen es uno de los ejemplos de superación con los que cuenta este centro oscense. Vivía en la calle y tenía un serio problema con el alcohol: "Me bebía en un día diez litros de jarras de vino", cuenta sobre su adicción. Carmen pidió ayuda al Centro de Solidaridad, con el que consiguió dejar de beber y cambiar de vida por completo.

En la actualidad, Carmen tiene su propia casa e incluso ayuda a otras personas que están pasando por situaciones similares. "Ayudo a gente que tiene problemas como yo, bien de drogas o de alcohol. Lo importante es que acudan a Proyecto Hombre, donde hay muy buenos especialistas", explica. 

Por desgracia, cada vez son más los que llegan a esta unidad con un problema de adicción. "A raíz de la pandemia hemos visto que se ha disparado mucho el abuso del alcohol. Estamos viendo que no es el perfil de alcohólico de toda la vida, sino que hay un perfil de alcohol de jóvenes y con problemáticas ya serias", señala la secretaria general del Centro de Solidaridad, Elena Palacio. 

Desde el centro piden una mayor colaboración para abordar un trabajo que, muchas veces, salva vidas. "No podemos atender a todos los que quisiéramos, porque los recursos tanto públicos como privados son limitados", agrega el presidente de la Fundación Centro de Solidaridad de Huesca, Felipe Munuera.