Detección precoz para frenar uno de los cánceres más mortales

El cáncer de ovarios no es el más frecuente, pero sí el más letal de las neoplasias malignas ginecológicas. Su alta tase de mortalidad se debe  a que en la mayoría de los pacientes se descubre en una fase avanzada de la enfermedad, por la ausencia de técnicas de diagnóstico precoz. En Aragón se detectan alrededor de 100 casos al año, mientras que en el resto de España, este cáncer afecta a 3.600 mujeres.

El 75% de los casos se presentan en fases avanzadas y su extirpación total determina una mayor supervivencia, además de "hacer más efectivos los tratamientos médicos posteriores", según explica Ana Avellaneda, delegada de la Asociación de Afectados por Cáncer de Ovarios (ASACO). Por estas razones, señala,  es necesario contar con un diagnóstico precoz, y conocer las señales de alarma. 

"Yo no sabía lo que era el cáncer de ovarios. Tenía muchas molestias, muchas infecciones de orina y se me había inflamado mucho la tripa", explica una de las supervivientes aragonesas de este cáncer. "Llegas al diagnóstico por una sucesión de casualidades, lo que hace que se retrase bastante", lamenta otra de las afectadas. 

La prevención es una de las reivindicaciones que realizan desde ASACO. "El 80% se detecta en estadios del 3 y del 4. Eso significa que la supervivencia sigue siendo muy baja, de un 20%", informa la vicepresidenta de la Asociación, Soledad Bolea. 

Estos datos de supervivencia están mejorando gracias a las labores de investigación, aunque desde las asociaciones solicitan más tratamientos personalizados y acudir lo antes posible al médico. "Tienes que acudir al médico cuando tienes pesadez, un aumento de volumen abdominal, síntomas urinarios durante dos o tres semanas", explica la Jefa de Servicio de Ginecología del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, Miguel Ángel Ruiz Conde.