El campo aragonés hace un balance anual negativo marcado por la sequía y el aumento de los costes

La sequía y el aumento de los costes ha provocado que el balance en 2023 del campo aragonés, según los sindicatos agrarios, no sea positivo. En el caso de algunos cultivos, como el cereal, la producción se ha reducido hasta un 60%, la caída más preocupante para el sector. 

La producción agraria de este año ha sido un 9% inferior a la del ejercicio anterior. Más de 5.000 millones de facturación entre la que bailan las subidas y bajadas. La recogida de fruta se recupera después de dos años críticos de heladas. Se ha recolectado más, pero de menos tamaño, así que su salida al mercado ha sido más difícil.

Para paliar estos datos, desde la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA), que este jueves ha presentado su informe anual, reivindican que las ayudas del Departamento lleguen a quienes realmente las necesitan. "Los que han perdido más producción de cosecha, los que están en peores localizaciones, los jóvenes o los que están recién incorporados", ha enumerado José María Alcubierre, secretario general de UAGA.

En la parte positiva del balance se encuentra la producción de olivo, que sube un 57%, y también la de los huevos, un 6% mayor. El precio de este alimento es, de hecho, el que más ha subido dentro de la producción ganadera, que en general también ha crecido un 9% respecto al 2022, liderada por el porcino.

"Es el motor de muchas comarcas, sin este modelo no podrían subsistir y muchas explotaciones mixtas de agricultura y ganadería están funcionando gracias a la integración", ha comentado Alberto Escura, secretario provincial de UAGA Teruel.

Otra de las preocupaciones de este año es la media de edad de los agricultores y ganaderos, que pasa de los 60 a los 60 años y medio.