La sequía restringe el suministro de agua en 11 localidades aragonesas y merma las reservas de los embalses

Las reservas de agua embalsada en la Cuenca del Ebro son de 4.336 hectómetros cúbicos, es decir, el 55% de su capacidad total, según datos actualizados de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), cuando esta misma semana hace un año se encontraban al 69%. Además, la sequía y el calor afectan ya a 11 localidades aragoneses que están sufriendo este verano restricciones de agua, especialmente en la provincia de Huesca. Los bomberos de la diputación están llevando el agua a pueblos como San Esteban de Guarga, Campodarbe, Espierba y, sobre todo, en la Ribagorza a localidades como Buyelgas, Betesa o Buira.

Uno de los embalses que más preocupa es el de Yesa, que se encuentra al 40% de su capacidad. Los regantes no recuerdan unos niveles tan bajos desde hace 20 años. Además, advierten, si la meteorología no cambia los agricultores podrían perder el 30% de los cultivos que riega el canal de Bardenas. Aseguran que no hay agua suficiente para llegar hasta el final de la campaña y, por eso, este miércoles la junta de gobierno del canal va a proponer que se apueste por salvar los cultivos de grano frente a los forrajes.

A pesar de esta situación, el abastecimiento de agua a Zaragoza está garantizado.

Además, según explica Eva Berlanga, meteoróloga de Aragón Televisión, las tormentas que se están dando estos días en algunos puntos de Aragón "son fenómenos locales, insuficientes para que los embalses puedan recuperarse". De hecho, dice, "la reserva empieza a bajar en junio y se recupera en octubre".

El escenario más probable para los próximos meses es que en agosto en la comunidad aragonesa se produzcan tormentas por encima de lo normal en el Pirineo y la zona de la Ibérica, y que septiembre se desarrolle con normalidad. Octubre apunta a ser un mes con muy pocas precipitaciones.