El calor merma la cosecha de cereal de invierno en un 25%

Mayo ha sido el mes más cálido de este siglo y eso ha provocado que la época de siega se adelante y que el cereal no se forme bien. Las cosechadoras ya han entrado en los campos en casi todas las comarcas aragonesas, pero este año van a recoger, estiman los agricultores, un 25% menos de lo que estaba previsto. 

En el conjunto de Aragón va a recogerse una producción cercana a los dos millones de toneladas de cereal de invierno. Una merma en la cosecha que se repite en el conjunto del país y que hace que no se pueda cubrir la mitad de las necesidades de grano para consumo animal y consumo humano.

"Ha venido el calor muy temprano y muy fuerte en el mes de mayo y eso ha hecho que se sequen los campos antes de hora. Las espigas están a medio llenar y los rendimientos están siendo de un 50% menos que cualquier año bueno", explica Tomás Tovar, agricultor de la localidad zaragozana de Pedrola, donde la cosecha se ha adelantado entre 10 y 15 días, respecto a años anteriores, y apenas están llegando a los 1.500 kilos de cereal.

El calor reduce casi a la mitad la previsión de cosecha en Calamocha

Una situación que también se produce en otros puntos de la Comunidad. En Calamocha estiman que la producción de cereal se quedará finalmente en los 2.500 kilos por hectárea, cuando pensaban rondar los 4.000, mejorando incluso la anterior cosecha.

Por si fuera poco, a la merma en la cosecha se suma la reducción en el precio al que se está comprando el grano. Una disminución que los agricultores achacan a las prácticas especulativas de algunas organizaciones. 

"Si tenían de una previsión de ventas en dos o tres veces, que sigan igual. Lo que interesa es que la mercancía fluya en los mercados, pero de forma tranquila y pausada. Que nadie pueda aprovechar altibajos y momentos puntuales para meter miedo a los productores", aconseja Ferdinand Cookson, responsable de Cereal de UAGA. 

El precio de la siembra batirá récords

Además, los agricultores sufren la subida de costes fijos como el gasóleo. Actualmente, una cosechadora gasta, de media, unos 1.100 euros de combustible por jornada. "Todos sabemos como están los combustibles, todos sabemos como están los abonos, que están intocables, todo lo que llevan los 'imput' de la agricultura", indica José Manuel Cebollada, presidente de ASAJA Teruel. 

Todo eso hace que el margen de beneficio se reduzca considerablemente, de hecho, calculan que el coste de la siembra del próximo otoño batirá todos los récords.