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EDUCACIÓN

Educación cubre un millar de bajas de profesores con COVID en apenas diez días

Las sucesivas convocatorias atraen a maestros de otras comunidades autónomas

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Alfonso Cos, junto al centro educativo de Casetas en el que imparte sus clases de Inglés.

En apenas diez días de regreso a las aulas, tras las vacaciones navideñas, el departamento de Educación ha cubierto ya un millar de plazas de profesores de baja por COVID en sucesivos llamamientos, casi diarios. El último, este mismo miércoles y de carácter extraordinario para cubrir 46 nuevas plazas correspondientes a contratos de larga duración, la mayoría de ellos en Educación Secundaria, también se ha cubierto. 

La elevada incidencia de los contagios en las últimas semanas (5.782,1 casos de incidencia acumulada a 14 días este martes en Aragón), además de aumentar considerablemente el número de aulas cerradas, que ha pasado de las cinco de hace una semana a las 50 de la presente, según confirmó este martes el consejero de Educación, Cultura y Deporte, Felipe Faci, ha mantenido el ritmo de llamamientos, que están atrayendo a maestros de otras comunidades autónomas, como es el caso de Alfonso Cos, recién llegado de Asturias para dar clases de Inglés en el CEIP Antonio Martínez Garay de Casetas, en Zaragoza.

Alfonso no le dio muchas vueltas. Tampoco tuvo mucho tiempo para ello. Recibió el aviso con la oferta un lunes y el martes ya estaba delante del encerado. Entre medio, una maleta apresurada, un coche de alquiler y 600 kilómetros de conducción convencida. 

"Vuelves a cobrar, vuelves a cotizar a la Seguridad Social, vuelves a acumular experiencia que, a la vez, te sirve para volver a los listados y coger un puesto mejor que el que tenías o al menos tener más opciones de llevarte un puesto parecido", enumera días después de aterrizar en Zaragoza. 

Alfonso lo tiene claro y confía en seguir encadenando sustituciones hasta que termine el curso. E incluso baraja quedarse el próximo si consigue una vacante. 

El paso que ha dado es el de muchas y muchos profesores que estos días recorren la Península para acumular experiencias y puntos en la confianza de que el sistema, diezmado por el virus, premiará su sacrificio con un futuro más halagüeño del que vislumbraban hasta hace bien poco.