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DÍA INTERNACIONAL

Dulces, salados o rellenos: ¿Cuál es el secreto para un cruasán perfecto?

Este domingo se celebra el Día Internacional del Cruasán. Este clásico de todo desayuno o merienda se elabora a base de harina, mantequilla y una pizca de sal

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Imagen de archivo de una bandeja de cruasanes.

Dorados, dulces, crujientes... y deliciosos. Su nombre 'croissant' procede del francés, donde se perfeccionó su elaboración, pero se trata de un dulce de origen vienés tan clásico como sabroso, que este domingo, como cada 30 de enero, celebra su Día Internacional. 

El cruasán es el protagonista de todo buen desayuno, merienda o tentempié que se precie. Con este motivo, desde Aragón Noticias nos hemos adentrado en un obrador para conocer los secretos de su elaboración a base de harina, mantequilla y una pizca de sal. 

El jefe del obrador francés del Petit Croissant ubicado en Zaragoza, Etienne Tardé, elabora cada día los cruasanes que después se venderán en los mostradores del establecimiento. Para Etienne el secreto de un buen cruasán está en la mantequilla: "la masa base es una masa sencilla, pero lo que hace realmente bueno al cruasán es la mantequilla, que tiene que ser de calidad", explica. 

Este obrador de la capital aragonesa elabora sus dulces con mantequilla comprada en Francia, que traen en bloques de dos kilos. A esta materia prima se le añade harina para hacer un buen hojaldre, y se crea el cruasán perfecto. Una vez perfeccionada la masa de cada pequeña delicia, se hornean durante 20 minutos a 200 grados, donde cogerán más del doble de tamaño. Y, para aportar ese brillo tan característico de los cruasanes recién hechos, se pasa una pincelada de huevo por encima de cada uno de estos antes de introducirlos al horno. 

Todo un mundo de sabores y sensaciones que hacen la boca agua a cualquiera de los mortales. "Yo solo los compro el fin de semana, porque no se puede comer todos los días por lo que lleva. Ahora, mejor que las galletas, el cruasán", apunta un vecino zaragozano que pasea en los alrededores del obrador. "Por la mañana, en el desayuno, es el momento perfecto para comerlos", apunta otra viandante. 

Desde la panadería y pastelería con sello francés señalan que, de un tiempo a esta parte, los clientes son más atrevidos y han cambiado el clásico cruasán por los rellenos de praliné de avellana, chocolate, nueces o los salados de jamón y queso o incluso de salmón, entre otros.