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GUERRA UCRANIA

Se cumplen dos meses de una invasión que no parece tener un final cercano

En la madrugada del 24 de febrero el presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció una "operación especial" en Ucrania, y desde entonces las bombas y proyectiles no han dejado de caer sobre diferentes ciudades del país

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Una mujer ucraniana llora junto a un cadáver cubierto.

Cuando se cumplen dos meses del inicio de la invasión rusa en Ucrania, nada hace pensar que el final está cerca, sino más bien todo lo contrario. Semanas antes de la madrugada en la que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció una "operación especial" en Ucrania, había más de 130.000 soldados rusos en la frontera y el Kremlin lo justificaba: "Son maniobras. ¿Queremos guerra? Claro que no", afirmaba entonces el mandatario ruso.

Pero lo que parecía impensable ocurrió, Rusia comenzó a invadir el país vecino, y lo que pretendía ser una guerra relámpago, al más puro siglo XX, comenzó a dilatarse.

En Ucrania comenzó esos días a emerger la figura de un presidente convertido en icono, Volodímir Zelensky, que impuso su propio guion entre la opinión internacional. El presidente ucraniano pidió ayuda a Bruselas y a la OTAN, y la encontró en forma de armamento y financiación, pero no de tropas.

Se trata del primer gran conflicto narrado, también, en las redes sociales. Constantemente han circulado por las redes imágenes de las atrocidades cometidas en grandes ciudades como Járkov, Zaporiyia, Chernígov, Leópolis o Irpín, nombres convertidos ya en símbolos de la resistencia y también del horror. La ciudad de Mariúpol, que fue un día ciudad de vacaciones, ha sido destruida. Y por lo acontecido en Bucha, Occidente acusa a Rusia de crímenes de guerra. 

Hasta el momento cinco millones de personas han huido de Ucrania, siendo el mayor éxodo de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial. Mientras tanto, el Kremlin centra ahora sus esfuerzos en la región oriental del Donbás. 

Por otro lado, la otra guerra, la económica, se libra con un argumento decisivo, al tener el presidente Putin la llave del gas occidental en la mano. Y esa financiación diaria amenaza con dilatar el conflicto, también, cuando cesen las bombas.