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'OBJETIVO'

La gripe aviar pone en guardia a los productores avícolas aragoneses tras un brote en Lérida

Las gallinas camperas que se encuentren cerca de humedales o en el paso de las aves migratorias deberán permanecer encerradas

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Dos gallinas de la explotación Corral Monegros.

Su nombre científico es H5N1, pero todos la conocemos como la gripe aviar. Este virus vuelve a estar de actualidad porque el brote detectado hace una semana en Soses, Lérida, ha puesto en alerta al sector ganadero avícola. Entre otras medidas, las gallinas camperas que se encuentren cerca de humedales o en el paso de las aves migratorias deberán de permanecer encerradas. Ganaderos y expertos analizan la problemática de esta enfermedad. Ganaderos y expertos han analizado las consecuencias que puede tener esta enfermedad en el programa 'Objetivo'

Cuatro cisnes y una cigüeña aparecieron muertos en el municipio ilerdense de Soses hace unos días, y tras los exámenes pertinentes se dictaminó que la causa de su muerte fue la gripe aviar. Poco después, en la misma zona aparecieron los cadáveres de 13 aves más. Una nueva amenaza que aparece a las puertas de la Comunidad.

En el Corral Monegros, una granja de Ibieca (Huesca), 15.000 gallinas camperas viven ajenas por el momento al riesgo de contagiarse de gripe aviar. Ellas campan a sus anchas cuando llega el recreo diario, explica el gerente de la explotación, Carlos Conte. "La gallina esta libre, tiene varias entradas y salidas, y ellas las usan cuando quieren. No es como el ganado de ovejas, que el pastor los saca a la calle; nosotros abrimos a las once de la mañana y hasta que se hace de noche, tienen la libertad de entrar y salir cuando le apetece a los corrales que hemos visto hace un momento", señala.

Son gallinas camperas y ante el riesgo de contagio de gripe aviar pueden verse abocadas a un encierro involuntario, dependiendo de la zona en la que se encuentre su hogar. "En esta explotación no estamos tomando ninguna medida adicional porque no estamos en zona de influencia, el agua la tratamos siempre, todo el año, pero por ejemplo, en otras granjas que tenemos en el municipio de Grañén o de Sariñena, simplemente no salen a la calle las semanas que nos digan y punto", indica Conte. Y añade: "Pero bueno, dentro de la granja tampoco están encerradas en una jaula, sino que tienen espacio para moverse. LA nave tiene 1.200 metros cuadrados donde la gallina tiene libertada para moverse". 

Transmisión por contacto directo

En Aragón hay 28 millones de gallinas entre ponedoras y para producción de carne, y los granjeros están intranquilos. Así lo indica Fernado Luna, presidente de ASAJA Huesca: "La ganadería aviar, sea intensiva o extensiva, está sujeta a unas medidas superseveras y muy estrictas en todo lo que es bioseguridad, bienestar animal, el control animal, la trazabilidad de nuestros piensos... por lo tanto, el granjero está cumpliendo con toda la normativa sanitaria que se exige". Pero, añade, a partir de ese punto, si al final se da el problema y hay que sacrificar animales, reivindican la actuación y el apoyo de la Administración pública. "Para eso está, para ayudar al necesitado -afirma Luna-. No hay que olvidar que la causa del cierre no está en hacer las cosas mal, sino en una imposición que ha llegado vía aire o vía aves salvajes".

El contacto directo es la forma de transmisión más común de esta enfermedad, por lo que la infección de humanos es bastante complicada. Sin embargo, siempre es bueno tomar las medidas adecuadas para evitar futuras transmisiones, como explica Juan José Badiola, director del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes de la Universidad de Zaragoza. También apunta a que la vía de contagio alimentaria no es habitual. "Pero en el caso, por ejemplo, de que se visite algún país donde hubiera gripe aviar endémica y haya el riesgo de que pudiera trasladarse por esa vía alimentaria, hay que tener en cuenta que es un virus muy termosensible, a 70º se inactiva", explica. "Dicho de una forma gráfica, si uno tiene una pechuga de pollo y la cocina a la plancha, por ejemplo, en el momento en el que ese color rosado se torna blanquecino quiere decir que ya se ha alcanzado la temperatura de 70º e inactiva totalmente el virus", ilustra Badiola.

Las principales transmisoras de esta enfermedad son las aves acuáticas y a ellas hay que prestarles especial atención, según indica Luis Tirado de Seo Birdlife. "Las especies que, principalmente, pueden sufrir la gripe aviar son, sobre todo, las que están ligadas a medios acuáticos. Y también otras un poco más grandes, del tipo de la cigüeña", expone. "Generalmente suelen ser aves migratorias que en algún momento del año, como por ejemplo en invierno o durante la migración, se juntan en grandes concentraciones; lógicamente cuanta más concentración, más fácil es esa posible transmisión", añade Tirado.

Y el invierno, recuerda Luis Tirado, es un momento de alto riesgo: "Las grandes concentraciones que se dan en el delta del Ebro, Doñana, la Albufera de Valencia o en lagunas como la de Gallocanta se producen ahora en invierno; es decir, estamos en la época con mayor riesgo por la alta concentración". A partir del mes de febrero y principios de marzo, las aves acuáticas regresan a sus zonas de reproducción, dice, y el grado de riesgo disminuye.

¿Gripe aviar y COVID-19?

Las granjas más vigiladas son las que se encuentran cerca de humedales. Enrique Novales, director general de Calidad y Seguridad Alimentaria del Gobierno de Aragón, explica el protocolo a seguir cuando se detecta gripe aviar: "Hay que perimetrar la zona y a tres kilómetros alrededor de donde hayan aparecido los animales afectados se hace un análisis de todas las explotaciones: se toma sangre y se hace una encuesta de bioseguridad". Y en el resto de explotaciones que hay en un radio de 10 a 20 kilómetros de la zona, continúa, también se hace una encuesta de bioseguirdad y se observa el estado de los animales.

Novales asegura que en Aragón no ha habido casos de gripe aviar y lanza un mensaje de tranquilidad: "Pasa habitualmente, estamos en una zona de paso de aves migratorias y cuando ocurre, hay que poner en marcha soluciones, pero no hay que alarmar a la población". Sobre todo, dice, porque la coincidencia de esta enfermedad con la COVID-19 puede ser confusa para la opinión pública". 

Sin embargo, para quien piense en si es posible una combinación de gripe aviar y coronavirus, el profesor Badiola tranquiliza: "Con el coronavirus yo no lo veo probable; otra cosa es lo que está ocurriendo ya, casos de personas que se han infectado por el virus del coronavirus y además por el de la gripe, pero son dos virus que actúan sobre el mismo individuo, pero de forma independiente el uno del otro". 

Prevención pero no alarma, concluyen los expertos, por una enfermedad de la que están pendientes muchos granjeros en nuestra Comunidad.