Publicidad
MEDICINA

Dismorfia corporal o cuando los filtros de la redes sociales aceleran un rechazo a la propia imagen

Este trastorno afecta aproximadamente al 2,5% de la población española, contribuye al deterioro social de quien la padece y es uno de los que más impacto tiene en intentos de suicidio

ARAGÓN NOTICIAS /
La dismorfia corporal afecta aproximadamente al 2,5% de la población española.
icono foto La dismorfia corporal afecta aproximadamente al 2,5% de la población española.

¿Puede una persona acostumbrada a verse con los filtros de las redes sociales dejar de aceptarse e incluso rechazar su propia imagen? Sí. Este es un trastorno que se conoce como dismorfia corporal, que afecta aproximadamente al 2,5% de la población española, según indica la psicóloga del Colegio Profesional de Psicología de Aragón, Elisa Múgica. "Quien lo sufre rechaza una o varias partes de su cuerpo de forma muy intensa sin que objetivamente haya una razón y enfocan toda su energía en cambiar esa parte", explica. 

Buena parte de quienes sufren este trastorno son jóvenes, aunque le puede ocurrir a personas de cualquier edad, señala la psicóloga: "Las redes y la presión social influyen, sobre todo, en adolescentes, que son más vulnerables y están todavía desarrollando su identidad. Los filtros generan una imagen idealizada que no se corresponde con la persona. No podemos ser perfectos, pero los filtros nos lo hacen y esa imagen idealizada se toma como referencia de belleza, poder, impacto social o aceptación". 

La Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) indica en su 'Estudio dimensionamiento e impacto social de la Medicina Estética en España 2021' que cada vez accede a la medicina estética gente más joven y más influenciada por las redes sociales. El informe afirma que, hace unos años, la edad media de entrada a la medicina estética era de 35 años y ahora son los jóvenes de 20 años los que acceden "principalmente para rellenos de ácido hialurónico en labios y toxina botulínica", según detalla el documento. El uso de las redes sociales, la posibilidad de usar filtros y la aparición de aplicaciones que permiten cambiar las formas del rostro han contribuido a generar nuevas necesidades", apunta el doctor Sergio Fernández, vicepresidente segundo de SEME.

El descenso de la edad de los pacientes es palpable en la clínica de medicina estética de la doctora Carmen Orte. "Cada vez son más los pacientes jóvenes que acuden a consulta y los tratamientos son diferentes a los que se realizan los más mayores”, ha explicado recientemente en el programa Ahora y Aquí, de Aragón TV.  Y añade: "Cada vez gente más joven nos pide toxina botulínica, antes venían con 35 o 40 años y ahora con 20. A veces acuden con fotos de alguien famoso y dicen, 'quiero estos labios'. También les preocupa la piel, tenerla luminosa, unificar el tono de la piel o ponerse pómulos".   

Orte confirma que, en ocasiones, los pacientes piden tratamientos o intervenciones donde se aprecia que sufren dismorfia. "A veces piden cosas que no se pueden hacer y ves que hay algo más detrás, que hay algún problema de autoestima que va más allá del retoque estético. Si piden cosas con las que no estoy de acuerdo les digo que no". "Es importante escuchar a los profesionales antes de someterse a cualquier tratamiento médico", incide la doctora Orte. Vitae Psicología, en Zaragoza, miembro de COPPA.  

De hecho, según la especialista en psicología clínica Elisa Múgica, el 40% de los médicos que han rechazado intervenir a un paciente han recibido amenazas: "Ocurre que van a un cirujano plástico o a un médico estético para operarse, pero el doctor detecta que el problema no es físico sino más bien emocional, y el 40% de estos médicos han sido amenazados por los pacientes cuando no les secundan con su idea", indica la psicóloga aragonesa del centro Vitae Pscología.

Un 20% abandona los estudios

Esta patología, indica esta profesional sanitaria, es un trastorno grave que impacta en el deterioro social: "Se inhiben socialmente, porque están inseguros. Alrededor de un 20% de este perfil de patología abandonan los estudios porque no pueden afrontar lo cotidiano con su distorsión por su malestar y obsesión con el rechazo social. Están muy preocupados por las burlas, las comparaciones". Y va más allá, porque indica que este es el trastorno mental que más impacto tiene en intentos de suicidios, por encima de otros como los depresivos, los trastornos límites o de ansiedad: "Quienes lo sufren esta patología tiene pensamiento suicida de un 80% y un 25-35% varios intentos de suicidios". 

Múgica señala que la dismorfia se puede dar con diferentes partes del rostro y el cuerpo: "Puede afectar con cualquier parte, aunque la cara, la cabeza o la línea del nacimiento del pelo es donde más se focalizan". La psicóloga explica que hay muchos factores que pueden desembocar en este trastorno: "Se parte de que los pacientes tienen una predisposición por genética o por personalidad, que genera obsesiones con una o varias partes del cuerpo, pero también influyen factores ambientales, psicológicos, genéticos o la predisposición obsesiva. Si cambian esa parte de su cuerpo, van a sufrir ese trastorno con otra". 

Quienes lo padecen, de acuerdo con Múgica, lo manifiestan de diferentes maneras: "Pueden pasar tres u ocho horas al día con pensamientos sobre de como cambiar sus cuerpos, pensamientos obsesivos, conductas compulsivas repetitivas, como mirarse al espejo, tocarse la cara y el cuerpo, comprobando el defecto imaginario que tienen, muchas comparaciones con otras personas o buscan en redes a quien se quieren parecer”.

"Las redes tienen tienen muchas cosas buenas, pero también algo muy malo: generan una imagen idealizada, y la identidad personal, imagen y aspectos físicos que no son controlables. En los jóvenes que tienen debilidad emocional o no tienen un buen apoyo social y familiar pueden temer más impacto y hay que prevenir", añade la especialista. 

Como recomendación para padres de adolescentes, Múgica aconseja apostar por la comunicación: "Hay que hablar de los riesgos de las redes y generar un pensamiento crítico en ellos. Tiene que haber un acompañamiento de los padres y conversaciones sobre lo que estamos viendo para detectar si esa persona está demasiado influenciada y en ese momento una atención psicológica puede ayudar a construcción de la identidad de una forma más sana".