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DÍA DE LA COMUNIDAD (I)

Únicos, leales y con más potencial: rasgos propios de identidad

Historiadores y juristas de renombre describen las que, a su juicio, son señas identitarias de la Comunidad, a la que atribuyen fidelidad mayoritaria al proyecto común de España y condiciones para gozar de más protagonismo en el futuro

ARAGÓN NOTICIAS /
Bandera de Aragón.
icono foto Bandera de Aragón.

¿Qué Aragón celebrará su 23 de abril este año? ¿Qué define hoy su identidad? ¿Cuán distintivos son su Derecho o su organización territorial? ¿De qué salud goza su Estatuto de Autonomía? En Aragón Noticias nos hemos hecho estas y otras preguntas, y se las hemos formulado también a historiadores y juristas de renombre, eminentes aragonesólogos, de esos a los que les cabe la Comunidad no solo en la cabeza, sino sobre todo y también en el corazón.

La plataforma digital de los medios públicos inicia hoy una serie que repasará diferentes rasgos de la autonomía que exhibe Aragón y que celebramos este próximo viernes. Este lunes, nos centramos en la identidad e idiosincrasia aragonesas.

Como apunta una guía didáctica que el Gobierno autonómico ha distribuido entre escolares de la Comunidad, “Aragón es el resultado de lo que hemos querido y hemos podido hacer los aragoneses, que somos todos los que hemos vivido aquí y nos hemos sentido pertenecientes a estas tierras. Durante siglos hemos trabajado por hacer de este lugar el mejor posible, y nuestros sueños han sido el motor que lo ha hecho avanzar”.

¿Y en qué se traduce eso hoy? Para Antonio Embid, primer presidente de las Cortes de Aragón de la democracia (1983-1987) y catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Zaragoza, ese lugar del que habla la guía puede presumir, como rasgo “más destacable”, de “un cierto sentido de lealtad a la comunidad que, en los momentos presentes, es España”. Un sentido que, a sus ojos, es “todavía más amplio que el respeto y la lealtad a la misma idea de Aragón o a sus tres provincias o a sus casi 48.000 kilómetros cuadrados”. “Es muy difícil encontrar sentimientos mayoritarios de falta de lealtad a ese proyecto común que es España”, zanja.

Una visión que parece compartir Carlos Forcadell, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza y director de la Institución Fernando el Católico: “La identidad política aragonesa, en todo caso, ha sido siempre compatible de modo mayoritario con una identidad nacional española que también desde Aragón se contribuyó a construir”. “Así ha sido siempre y así es ahora, como manifiestan los sondeos de opinión”, concluye.

Más elementos en común que diferencias con los vecinos

En ese mismo marco se mueve Guillermo Fatás, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Zaragoza, para quien la Comunidad, que “tiene una personalidad muy señalada, pero –advierte- no más que otros conjuntos que históricamente han adquirido rango de reino o nacionalidad”, “comparte más con nuestros vecinos que las diferencias que nos gusta exaltar”. El también exdirector de Heraldo sostiene que “Aragón ha ido construyendo una personalidad desde antes de que existiera”, lo que produce “una acumulación por estratos, que, en mucha medida, compartimos con los vecinos”.

Vega Estella, ex letrada mayor del parlamento autonómico (2003-2009), pone el acento en una tendencia a “mostrarnos muy exigentes con nosotros mismos” y a “tener una consideración peor de la que merecemos”. Un “exceso de prudencia” que, según Estella, otras comunidades “no muestran”.

En parecidos términos se expresa el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza y director del Instituto de Estudios Altoaragoneses, Alberto Sabio. “Somos muchos los que defendemos un Aragón que enaltezca lo propio que merece la pena, que es mucho y no por ser propio, sino por ser bueno y competitivo a escala nacional e internacional”, apunta. Aunque también reivindica la posibilidad de hacerlo en igualdad de condiciones con nuestro entorno, porque “al mismo tiempo –asegura-, participamos de la necesidad de vigilar un trato equitativo entre comunidades”.

Son pinceladas que ayudan, en fin, a dibujar una personalidad que hace a los aragoneses únicos, pero integrados en un país del que, mayoritariamente, quieren formar parte. Una personalidad que bebe de la inspiración de quienes abrieron camino y que mira a un futuro incierto, prometedor y sacudido ya por la pandemia. Los aragoneses son pocos e irregularmente distribuidos por un territorio muy extenso. Pero, además de responder al tópico, exhibiendo un carácter pactista, moderado, acogedor y afable, hay coincidencia: Aragón cuenta, también en este año tan difícil, con sobrados argumentos para celebrar su día.